John y el  FMI

John y el  FMI

POR LUIS MANUEL PIANTINI
El Director de la Comisión Presidencial de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el amigo y experto internacional John Gagain, produjo un informe publicado en el diario Hoy del pasado día 16, donde se quejaba amargamente del tratamiento injusto, que según su opinión, el Fondo Monetario Internacional le estaba otorgando a la República Dominicana, ya que dentro de su programa financiero no se creó un espacio específico para que el gobierno dispusiera de los recursos necesarios para alcanzar dichos objetivos para el año 2015, y ni siquiera se hizo mención de los mismos. En dicha publicación se señala además, que los funcionarios del FMI respondieron que “el FMI no es invitado de fiestas”.

¿Cual de las dos posiciones tiene la razón? ¿Y a que fiestas se refiere el FMI?

Desde el inicio de los años ochentas del pasado siglo, los Gobiernos Dominicanos han realizado varias fiestas “a todo dar, en lujos y derroches”, y el FMI solo ha sido invitado al finalizar las mismas, cuando el desorden ha dejado el despojo de sillas, mesas, bocinas y vajillas rotas y hay que pegarle la cuaba a alguien. Por eso los funcionarios aclaran que no han sido invitados a las “fiestas”.

Desde esa época John, los Gobiernos se quejan amargamente de esa injusticia del FMI, cuando es el invitado especial en el período de la resaca o de las vacas flacas, período  que aquí dura varios años por lo esplendido del derroche precedente.

Vamos a contar lo que tal vez tu desconoces porque no residías acá, pero que los dominicanos lo tenemos muy fresco en nuestros aciagos recuerdos.

Resulta, que al final de los años setentas y principios de los ochentas se produjo el segundo choque del petróleo a nivel mundial, con aumentos desmesurados en sus precios tal y como acontece en el presente. En aquel entonces, el Gobierno de turno aplicaba una política de demanda inducida que se hizo famosa en el país. Esta política consistía en aumentar el gasto de la economía por la vía del endeudamiento externo, monto que se triplicó en cuatro años para financiar el gasto público corriente y las importaciones principalmente la del petróleo, a tasas de cambios oficiales subsidiadas para no afectar los precios internos. Luego de agotarse la capacidad de uso de este endeudamiento, se continuó por la vía del financiamiento interno del Banco Central, con emisiones de pesos inorgánicos, política de fácil aplicación por los gobiernos, que se hizo famosa en el país desde esa época, por sus desgraciados efectos sobre la calidad de la vida de los dominicanos.

El nuevo gobierno, del mismo partido, que llegó al poder en el año 1982, se encontró al igual que el del presente, con todas las fuentes de financiamiento externas cerradas, incluyendo las privadas por los enormes montos de atrasos externos, sin reservas internacionales en el Banco Central y en medio de procesos recesivos con alta inflación y enormes presiones sobre la tasa de cambio.

Durante su periodo de cuatro años ese Gobierno realizó tres acuerdos  con el FMI, renegoció la deuda externa, liberalizó por primera vez los macro precios y dejó al país con una tasa de cambio estable, con reservas en el Banco Central, la economía creciendo y la inflación en un solo dígito. Sin embargo John, este gobierno que le tocó arreglar los platos rotos del anterior, ha sido menos comprendido y menos popular que su antecesor. Tal vez por esta razón, los gobiernos son opuestos a tomar medidas que a la larga benefician a la población, pero que por sus reducidos efectos o poca simpatía en el corto plazo, no generan ganancias políticas.

Como la economía se había estabilizado, pero los años de crisis habían deteriorado el empleo y el poder adquisitivo de la población, el principal partido opositor explotó esta situación en la campaña y resultó electo nuevamente quien había sido expulsado del país en el 1962 y derrotado en el 1978.

¿Que tu crees que pasó John? Tú dirías que se habría aprendido de la experiencia de los orígenes de las crisis para no repetirlas jamás y ahora mas con un Presidente experimentado. Pero que va, te equivocaste al aplicar tu lógico pensamiento de persona nacida y crecida en un país desarrollado, a uno del tercer mundo de políticos juerguistas y populistas.

La fiesta del nuevo Gobierno fue inigualable. Tan inigualable fue, que la tasa de cambio se multiplicó por cuatro, la inflación llegó casi a tres dígitos, se agotaron las reservas del Banco Central sin haber pagado la deuda, algo inaudito, dejando un monto en atrasos externos casi igual al de la deuda que se había encontrado. Nada, que había largas filas en las bombas de gasolinas, pues por el mucho bailar y no pagar la fiesta, se habían agotado los créditos ya en atrasos del Acuerdo de San José con Venezuela y México.

¿Y tu crees John que ese exceso de gastos  fue dirigido a los Objetivos del Milenio? No Hombre No. Ya que los Objetivos del Milenio (metas a lograr de mejoría en los indicadores de educación, salud, nutrición, medio ambiente etc.) fueron descubiertos en el 2000, antes esas necesidades no se conocían por acá. Este exceso de gasto se lo comió la presa de Jiguey y Aguacate. Tú dirías, que un embalse no justificaba que la clase media se haya diezmado y la miseria haya aumentado sustancialmente. Pero desgraciadamente, así no piensan la mayoría de nuestros políticos.

Lo más sorprendente de todo es que ante una situación como esa, el mismo gobierno fue reelecto y tú con tu mente desarrollada y apego a los valores e institucionalidad me dirías, imposible, pues sí, así mismo fue, pues el candidato oficial le aplicó al opositor las técnicas del  titulito de la novela que éste había escrito años antes, “La Mañosa”.

Y tu me dirías ¿y como se pueden repetir los mismos errores en un país?, pues mira fíjate que sí, porque somos desmemoriados y olvidadizos como nos quieren los políticos, pues son los mismos actores pero en tiempos diferentes. Fíjate tú si lo somos, que en la edición del mismo periódico del día siguiente al de tu informe, sale criticando tú pedido el principal ejecutor político-económico del desastre de ese período de gobierno. Y tu dirías, pues en mi país no le darían cabida ni en un muñequito, pues te digo que aquí si, pues este es el país de los bizarros, los del mundo al revés.

¿Adivinas John quien fue invitado de nuevo a la resaca y no a la fiesta? Pues no fue el “Profesor con Cariño”, sino el FMI, el mismo chapulín de siempre. En esta oportunidad el FMI se cuidó de que se aplicaran reformas que impidieran facilitar nuevamente los derroches de las fiestas, logrando que el tiempo de estabilidad y crecimiento económico entre los periodos de crisis se ampliara y la clase media pensara que estaba a salvo de desmanes que le robaran su ingreso real. Pues, que va que no.

 No se aplicaron todas las reformas que eran necesarias porque las mancuernas entre empresarios rentistas y políticos desaprensivos lo impidieron. Y el ambiente para negocios serios y productivos siguió siendo de desconfianza por la debilidad institucional en la aplicación de las leyes y la justicia.

Así mismo, el sector eléctrico continuó siendo un gran desorden y las decisiones de  responsabilidad de las instituciones públicas, debido al irrespeto a las autonomías, se arreglaban en universidades o en desayunos con los propios supervisados, o en el despacho presidencial con el visto bueno de los propios actores privados, sin una voz de sorpresa o de indignación pública en aquellos tiempos, como los que con tanta vehemencia hoy se escuchan condenando los lodos que trajeron aquellos polvos de la desinstitucionalidad, sin mea culpas ni arrepentimientos. Nada, que esta degradación moral y relajo de la propia sociedad, tenía que terminar en un gran bochinche como concluyen las fiestas entre los monos; a rabazos limpios.

Entonces John, como aquí ha habido fiestas de todos los colores y partidos, no es sorprendente la respuesta que te han dado los funcionarios del FMI, porque las galletitas se las pusieron en el horno en la Argentina y se achicharraron, y ellos no quieren que se las pongan de nuevo aquí. Por eso el Fondo, el mismo Fondo institución  perteneciente a la Organización de las  Naciones Unidas, donde se aprobaron los Objetivos del Milenio que tú tanto defiendes, te dice que ellos no tienen que ver con eso.

Porque John, el FMI no puede asumir el papel que le toca asumir a los propios dominicanos al determinar, qué es para ellos prioritario en su Proyecto de Nación, si lo tuvieran, para los próximos 2, 5, 10, 15, 20 años.

Si hemos sido incapaces de aprobar en el Congreso leyes que transparentarían el manejo del gasto público, que fortalecerían la coordinación institucional en el área fiscal y que son exigencias de dicho organismo dentro del presente acuerdo financiero como son; la Ley Orgánica de Presupuesto, la de Administración Financiera, la de Inversión Pública y la que crea las Secretarias de Hacienda y de Planificación.

Si estamos dedicando más de 15,000 millones de pesos al año, o sea más de 500 millones de dólares para financiar subsidios, pese a pagar la energía eléctrica más cara del mundo.

Si los gastos fiscales han aumentado en 40% en los últimos dos años, y tú te quejas y el país se queja, de que no hay recursos suficientes para los capítulos presupuestarios que fortalecen los recursos humanos.

 Si existe una deuda fiscal con potencialidad  viral en el Banco Central de 152,000 millones de pesos, que esta siendo enfrentada solamente por dicha institución sin nada de recursos fiscales, y que no hay un servicio público eficiente pese a todos los impuestos que se pagan.

Si estamos a las puertas del reto del DR-CAFTA, y el empresariado privado que puede ser un socio formidable de tus Objetivos del Milenio creando fuentes de empleo digno  que reduzcan la pobreza y las desigualdades, se siente huérfano de apoyo para enfrentar con éxito dicho desafío, porque tenemos los mayores costos de la región y porque no se cree en el, pese a que estamos fomentando un modelo aperturista de economía de mercado.

Y el Fondo esta viendo estos si, como lo estas viendo tú, y lo estamos viendo y lo sentimos todos los dominicanos, y el Fondo a la vez introduce todo esto en su modelo con una constante en la ecuación donde esa Y griega es igual a, Dominicanos. Los mismos que hicieron los desastres financieros del 1981-82, 1984, 1989-91 y 2002-03. Entonces tú comprenderás porqué los funcionarios del FMI son tan desconfiados, y no creerán en lo que decimos hasta que no haya un largo periodo de cumplimiento o track record, como lo llaman ellos.

Pues como lo señale en el 2003, y era del conocimiento de todos los actores presentes, aquí tendremos al FMI por un largo período, aunque nos disguste o hasta cuando como Sociedad tengamos el coraje de transformarnos, y perdamos el temor a las dudas y a tomar decisiones, y adquiramos la responsabilidad y la valentía de ser adultos y exitosos, y la conciencia de ser Nación, para conducirla por los caminos del desarrollo y de la prosperidad para todos.

Desgraciadamente John, todavía nos ahoga el populismo y el complejo tercermundista y las hipocresías y simulaciones, porque una sola golondrina no hace verano. Cuando adquiramos el coraje de quitarnos esos lastres de nuestras conductas humanas, entonces seremos Nación, y tendremos un Proyecto y se podrán alcanzar los Objetivos del Desarrollo del Milenio que tan vehementemente defiendes con toda la razón del mundo. Gracias John por sentirte tan dominicano, como un dominicano y desearnos el mejor de los futuros. Posiblemente no merezcamos el favor de tus esfuerzos.

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