Jordi Brossa Mejía, In Memóriam

Jordi Brossa Mejía, In Memóriam

Quiero rendirle tributo a la memoria del gran ciudadano, y médico eminente que nos dejó tras 92 años de fecunda vida: Jordi Brossa Mejía. Jordi fue un estudiante sobresaliente que al terminar su carrera hizo pasantía en Boca Chica, donde se destacó de sus pobladores por su capacidad y dedicación, mientras trabajaba. Luego en Filadelfia, Estados Unidos, se especializó en medicina interna y gastroenterología, siendo discípulo del afamado médico norteamericano Dr. Bockus.

Desde 1947 por sesenticinco años, Jordi fue paradigma de ejercicio altamente profesional y humanista; siempre accesible para ricos, poderosos pobres y perseguidos. Fue declarado Maestro de la Medicina; y dirigió treinta años la Sección Retardo Mental de la Asociación Dominicana de Rehabilitación.

Al mismo tiempo, Jordi dio vida a la primera clínica privada moderna, como médico principal y director. Su apego al orden y la honestidad, asimilado de su padre José María y a los protocolos de higiene y seguridad de la practica hospitalaria norteamericana, hicieron de la Clínica Abreu un ejemplo a seguir, y una escuela para muchos médicos y enfermeras dominicanos.

Como ciudadano, Jordi recibió influencias que anidaron rebeldías y aspiraciones democráticas que lo motivaron a participar en las luchas contra la tiranía desde los 10 años, como las prisiones y trabajos forzados de que fueron objeto su tío Gustavo Adolfo y su maestro de historia, Bienvenido García Gautier; las arbitrariedades y amenazas que padeció por protestar el estado malsano de una aula universitaria, la rebeldía de los que fueron sus cuñados, Pericles Franco y Edmundo Taveras, y otros parientes, por el terror trujillista en los años cuarenta, así como del carácter independiente y solidario de su madre, Ofelia Mejía Ricart de Brossa.

Desde 1959, formó parte junto a Luis Manuel Baquero, Jeanny Vicini, Juan Tomás Díaz y muchos otros, además de mí, de una vasta conspiración, parte de la cual fue develada en enero del 1960 y otra en septiembre de ese año, hasta que se produjo el tiranicidio del 30 de Mayo del 1961. En todo ese período lleno de peligros, el consultorio de Jordi Brossa fue un centro de reuniones de conspiradores, perseguidos y mensajeros del exterior.

Tras la muerte de Trujillo, Jordi fue pieza clave en la lucha ciudadana por expulsar a los remanentes de la tiranía, primero desde la Presidencia de la Asociación Médica Dominicana, y luego en la etapa patriótica de la Unión Cívica Nacional, que jugó un papel estelar en el combate de primera línea por la democratización del país.

Tras los eventos políticos del 1962, cuando la vida partidaria, con sus complejidades e intereses, relegó las ansias patrióticas del año anterior, Jordi se retiró de la política activa, por no ser su vocación ni formación; pero siempre mantuvo una actitud de simpatía hacia todo lo que significara apertura democrática y civilizada, y de rechazo al autoritarismo; por lo que rechazó cuanto significara retroceso y violencia en nuestra vida pública , dedicando todo su tiempo a hacer el bien, que fue su norma de vida.

Sus familiares, amigos, pacientes agradecidos y testigos de nuestra historia reciente, saben que el paso de Jordi por este mundo fue una bendición para todos los que tuvimos el privilegio de conocerlo.

¡Paz a sus restos…!

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