Jorge Luis  Borges, de puño y letra

Jorge Luis  Borges, de puño y letra

La muestra “Borges, imágenes y manuscritos” se adentra a partir de varios documentos, en el universo privado de familiares y amigos del poeta y ensayista argentino, aquellos con los que este último pasó gran parte de su tiempo u ocuparon su mente.

La exposición está organizada por la Asociación Borgesiana de Buenos Aires y es el primer homenaje del año que le dedica esta ciudad al autor de “El Aleph” con motivo del 20 aniversario de su muerte, ocurrida en Ginebra el 14 de junio de 1986.

La muestra reúne cartas de Jorge Luis Borges en las que teoriza sobre literatura o habla de asuntos más prosaicos con sus amigos, como el escritor mallorquín Jacobo Sureda, al que conoció en la década de los años veinte, cuando vivió allí un tiempo con su familia.

Sobre el asunto de mantener correspondencia, Borges le comenta a su amigo español: “Claro que una carta es una cosa bastante absurda; un señor que va apuntando las cuasi ideas que le pasan por el cráneo -y que serían distintas si hubiese compaginado la carta una hora antes o después- sin que el recibidor pueda decir esta boca es mía ante los andamiajes verbales del hombre con la pluma y la cuartilla”.

La exposición también incluye poemas inéditos, escritos a mano, del autor de “Ficciones”. Así, se encuentra expuesto “Aterrizaje”, de 1918, que está ilustrado con el dibujo de un avión realizado por el propio escritor. Además se pueden ver otros textos poéticos con correcciones realizadas por Borges.

“Escribir un poema es ensayar una magia menor. El instrumento de esa magia, el lenguaje, es asaz misterioso. No sabemos de su origen”, dijo en una ocasión Borges sobre la tarea de ser poeta.

El autor con sus libros

Con estos escritos sale a la luz la “cocina de la literatura” del escritor, que el público desconoce, explicó a EFE Reportajes Alejandro Vaccaro, uno de los artífices de la exposición.

“Qué mejor manera de mostrar a un autor que con sus libros y sus manuscritos corregidos, además de con aquello que escribieron sus amigos”, añade este coleccionista y autor de una biografía completa de Borges que será publicada este año por la editorial española Edhasa.

Vaccaro preside la Asociación Borgesiana de Buenos Aires, que tiene en su haber 16.000 piezas documentales sobre el célebre escritor, entre libros, revistas, recortes periodísticos y manuscritos. La entidad posee además doscientas cartas escritas por la madre de Borges, Leonor Acevedo.

Varias de estas misivas se exponen en Buenos Aires y permiten conocer más de cerca la relación que aquella mantenía con su hijo. Vivían prácticamente “en matrimonio”, según Vaccaro. El escritor y su madre estaban tan estrechamente unidos que Leonor Acevedo oficiaba además de secretaria y acompañante asidua de su hijo. Cuando Borges perdió la vista –el mal de la ceguera también había afectado a su padre- el apoyo de Leonor se redobló y de ello da cuenta la mujer en una de las cartas que escribió en 1959 a su amiga Esther Haedo de Amorim (esposa del novelista uruguayo Enrique Amorim).

Correspondencia de los padres

En la misma dice que debe “remediar la falta de vista de Georgie, que por suerte está siempre con excelente espíritu”. En otra, de 1963, se enorgullece del hecho de que a su único hijo varón le hubieran nombrado presidente de la Sociedad Argentina de Escritores. La correspondencia que mantuvieron los padres de Jorge Luis Borges también está documentada.

Hay una carta de amor de Jorge Guillermo Borges –también escritor y traductor- a Leonor Acevedo que data de 1898. En uno de los márgenes del papel se puede apreciar una anotación de Norah Borges, hermana del escritor y artista plástica, que indica que la misiva corresponde a la época en que sus padres “eran novios”.

Además está registrado el manuscrito de la traducción de los poemas “Rubbayat”, del autor Omar Khayam, que el padre de Borges hizo al castellano de una versión inglesa del original persa.

De los escritos que se cruzó Norah Borges con diversos literatos y amigos de su hermano destaca el fechado el 19 de septiembre por el poeta español Juan Ramón Jiménez que –en una caligrafía casi inteligible- se refiere a la correspondencia que  recibe con agrado de los hermanos Borges.

También puede apreciarse una postal enviada en los años 50 desde París por el escritor argentino Adolfo Bioy Casares a Leonor Acevedo, en la que se lamenta de no saber mucho de ella y su hijo, apenas que “Georgie” dió una conferencia en Montevideo.

Bioy Casares –quien escribió al alimón con su gran amigo Borges varios relatos detectivescos bajo el seudónimo de Honorio Bustos Domecq- también hace referencia al gran prestigio del que goza el autor de “Ficciones” en Francia, donde le consideran “un gran escritor, un genio”.

Ir y venir de las cartas
En este ir y venir de cartas, sobresalen otras enviadas en 1925 por Adelina del Carril (esposa del escritor argentino Ricardo Güiraldes) al crítico y editor español Guillermo de la Torre, marido de Norah Borges.

“Tengo un recuerdo durable de Güiraldes (…) de su destino singular (…) había escrito muchos libros que eran considerados como juegos de señor y luego, de pronto, cuando publicó ‘Don Segundo Sombra’, la gente vio en él un gran escritor”, afirmó en una ocasión Jorge Luis Borges de este autor.

En la muestra también destacan originales de escritores argentinos allegados al Premio Cervantes, como Silvina Ocampo (esposa de Bioy Casares), Eduardo Mallea y Macedonio Fernández, autor de una obra sumamente original y compleja.

De este último se expone un manuscrito con correcciones hechas por el propio Jorge Luis Borges, quien dijo en una ocasión de su amigo literato: “Nadie me produjo una impresión tan duradera y profunda como Macedonio”.

La muestra está integrada además por primeras ediciones de libros de Borges dedicados de puño y letra por el autor y una colección de fotografías, algunas de ellas muy poco conocidas, que le muestran de niño, en familia, siendo entrevistado, paseando por Buenos Aires o acompañado por su ama de llaves.

La exposición será inaugurada en la biblioteca de la ciudad egipcia de Alejandría el 14 de junio próximo, cuando se cumplan los veinte años de la muerte del escritor de cuentos. Y está previsto que la muestra sea trasladada a España e Italia, entre otros países.

Borges eligió morir en Ginebra. En esa ciudad que habitó cuando era un adolescente se encuentra su tumba.

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