Jorge Marte, ¿hado de los sueños?

Jorge Marte, ¿hado de los sueños?

En su mirada no hay rastros de mala noche. Es obvio que el doctor Jorge Marte no cree en ovejitas saltarinas para poder dormir. Y es que, aunque suene extraño, “su sueño es el sueño”. ¿Su principal instrumento? La cama.

Tomando eso en consideración, y lo poco común que resulta su especialidad en nuestro país, el día de la entrevista, camino a su consultorio en la clínica Corazones Unidos, nos sentíamos algo escépticos.

Estaba sentado en su escritorio. Detrás, el rótulo: “Neumólogo Investigador del sueño”. Cuenta una historia casi tan inverosímil como abrumadora.

“La muchacha sufría uno de los trastornos del sueño más peligroso. Una noche soñó que se estaba incendiando el lugar donde se encontraba en ese momento. Se paró corriendo de la cama y saltó por la ventana del segundo piso”, narró.

Ese es sólo uno de los tantos casos que se han registrado; como gente que se queda dormida mientras maneja un automóvil o accidentes con maquinarias pesadas, por la misma causa de sueño repentino.

Fue la gravedad del asunto, y el hecho de que se ignorara durante tantos años su existencia, como enfermedad en sí, que llevó al neumólogo e internista, Jorge Marte, a especializarse en el área.

“Los trastornos del sueño siempre han existido. No son una enfermedad nueva, como el sida, que hace 30 años no existía. A los médicos, que debemos asumir la responsabilidad, se nos había pasado desapercibido. Quienes se interesaban sólo lo hacían en el contenido del sueño, como una forma de psicoanalizar a las personas, olvidando la parte fisiológica”, explicó.

La que sí se conoce desde hace miles de años es la enfermedad del insomnio, ya sea permanente o leve, sin dudas la más frecuente. Y es probable que todos los seres humanos la experimenten, aunque sea de manera transitoria en algún momento de su vida.

Con el tiempo fue mucho lo que se aprendió, como a ver el sonambulismo descrito de antaño de una forma distinta y no como algo divertido, en el que familiares y amigos se mofan, porque alguien conocido se despierta de noche, habla o se para y camina, lo cual puede ser peligroso, porque hay gente que se autoagrede en medio de un ataque de sonambulismo.

Otra enfermedad sobre la que se aprendió, y que es sumamente frecuente, es la “narcolepsia”, que según explica el especialista, afecta a gente que se queda dormida en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia. De ahí la causa de varios accidentes de vehículos o con maquinarias.

“En los últimos cinco años, luego de haber descubierto más de 300 trastornos del sueño aceptados en el Catálogo Internacional de Diagnóstico de Enfermedades, hemos encontrado cosas anormales que ocurren durante el sueño.”

[b]Sueños que matan[/b]

“Fuera del insomnio no conocíamos mucho, pero entonces aprendimos que muchas personas tienen problemas para respirar sólo cuando están durmiendo y de ahí se acuñó el término “Apnea del sueño”, que quiere decir literalmente, falta de respiración durante el sueño”, agregó.

Quienes mientras duermen tienen dificultad respiratoria, su oxigeno en la sangre disminuye a niveles peligrosos, mermando también en el cerebro, en el corazón, y en todos los otros órganos.

Siendo el sueño cuantitativamente muy importante en la vida de cualquiera, si eso se va acumulando noche tras noche, lo más probable es que esas personas con problemas respiratorios sean más propensas a ataques al corazón o accidentes cerebrovasculares.

A veces sucede que pacientes con hipertensión arterial o insuficiencia cardiaca, no mejoran con el tratamiento indicado por su cardiólogo, quien en ocasiones no se da cuenta de que el problema es la “Apnea del sueño”.

En cuanto a la gente que es capaz de lanzarse por una ventana porque está “viviendo su sueño”, es la última enfermedad descrita del sueño con menos de diez años de descubierta y se llama “Trastorno conductual asociado al REM”.

El REM o “movimiento rápido de ojos”, es uno de los cinco períodos conocidos del sueño. Ellos son: uno, dos, tres, cuatro y REM, siendo el “uno”, el más ligero y el “cuatro”, el más profundo. Aún no se sabe si el REM sería cero o cinco, ya que se desconoce si es más profundo o más ligero, según el especialista.

Se conoce como “movimiento rápido de ojos” porque en él, todos los músculos se paralizan, excepto los músculos de la respiración. El misterio radica en que los músculos de los ojos empiezan a moverse y no se tiene idea de por qué sucede.

La anormalidad consiste en que las personas al llegar al período REM, no se paralizan. Es decir, que quienes padecen el trastorno no deberían ser capaces de mover un brazo, una pierna, el cuerpo en general. Pero, en ellos no ocurre la parálisis muscular. Y debido a que en este estado ocurren la mayoría de los sueños, el individuo entonces, actúa en su sueño, lo materializa, siendo capaz de agredirse a sí mismo o a su pareja.

[b]Un laboratorio que salva vidas[/b]

Jorge Marte se vale de un “laboratorio del sueño”, único en el país desde hace cuatro años, para diagnosticar y poner en tratamiento a sus pacientes.

El equipo, aunque en apariencia no es una cosa del otro mundo, es sumamente costoso. Se trata de dos computadoras con software diseñado para el estudio del sueño.

Hay un monitor de video común y corriente, conectado a dos cámaras que están en la habitación donde el paciente deberá dormir durante una noche, conectado a una serie de cables que transmiten la información al cable master y a diferentes amplificadores.

Se hacen continuamente electroencefalogramas y electrocardiogramas, se analizan el movimiento de los ojos y el tono muscular. Todo eso, para ver si tiene trastornos, si duerme mucho, poco, si deja de respirar, cuantas veces lo hace y cuanto dura, si produce arritmia o baja cardiaca.

“Cuando sospechamos que un paciente tiene Apnea del sueño, un médico entrenado por mí se queda vigilando los monitores durante el estudio en el laboratorio. Si percibe que le está bajando mucho el oxigeno de la sangre, debido a su trastorno, nosotros despertamos a la persona y le ponemos una máscara conectada a un aparato, le pedimos que se duerma y vemos si la máscara logra corregir lo anormal de las primeras horas. En el 95% de los casos se corrige”, explicó.

Marte asegura que ya hay mucha gente en el país que usa una máquina de ese tipo, que les lleva aire a presión y les mantiene abiertas las vías aéreas.

He ahí la diferencia del “antes y después”. En el pasado quien tenía Apnea del sueño, su único tratamiento era hacerle una traqueotomía y dejarlo con un hueco en el cuello de por vida.

En cuanto a los odiados ronquidos, el doctor dice que siempre es anormal, ya que implica que el aire está teniendo problemas para llegar a su destino.

“La mayoría de los roncadores logran salirse con la suya. Es decir, el aire logra pasar, aunque sea con dificultad. El oxigeno llega a los pulmones y no hay problema. Aunque claro, la calidad del sueño, bajo esas circunstancias, no es muy alta”, afirma.

Al final hay algo que Jorge Marte lamenta, y es la falta de concienciación por parte de la población y en particular de los médicos, sobre la amenaza que representan los trastornos del sueño.

“Me da la impresión de que más del diez por ciento de los dominicanos sufre de algún trastorno del sueño. Es lamentable que ignoren las posibles consecuencias si no son tratados”, concluye.

[b]PERFIL[/b]

Jorge Marte es graduado de Doctor en Medicina en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) en 1979.

– Jefe del Departamento de Medicina Interna y director del Programa de Residencia de Medicina Interna, Hospital Dr. Salvador B. Gautier.

-Profesor Residencia Neumología Hospital Dr. Salvador B. Gautier / IDSS.

-Jefe Departamento Pulmonar y Laboratorio del Sueño Clínica Corazones Unidos.

-Profesor de Medicina Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, 1989 2003.

-Coordinador del Internado Medicina Interna y profesor Universidad Iberoamericana (UNIBE).

-Profesor de Medicina Instituto Tecnológico de Santo Domingo.

-Tiene alrededor de 30 artículos publicados en revistas médicas dominicanas y extranjeras.

– Alrededor de 300 conferencias dictadas en el país, el continente americano y Europa.

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