Jorge Pinto pone el dedo en la llaga de los oficinistas

Jorge Pinto pone el dedo en la llaga de los oficinistas

México  — En su más reciente libro, el diseñador, humorista y artista de cómic mexicano Jorge Pinto retrata a una clase invisible pero muy presente en la vida diaria de las ciudades: los llamados Godínez.

“Es un empleado de oficina que su vida de oficina se cuela a su vida personal, es un empelado que aún sin estar en una oficina lo ubicas como un empleado de oficina”, dijo Pinto el miércoles en una entrevista con The Associated Press sobre los sujetos de su libro de humor “Manual del Godínez.

Guía ilustrada para sobrevivir en la oficina”, presentado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Pinto vivió su “godinato” del 10 de mayo al 10 de noviembre de 2010 en una agencia de publicidad.

“En el momento dije, `íEy! Es diseño, seguro no son Godínez, seguro es más tranquilo que una oficina normal’ y no, a los dos días yo ya estaba viendo catálogos de zapatos, haciendo todo el show godín, inventamos un deporte interno en la oficina”.

El también creador de la tira cómica de científicos “Bunsen” admite que su experiencia no fue la más grata, pero para su libro, tuvo que abrirse a la perspectiva de otros que lo viven con menos conflicto. “Lo que descubrí es que hay gente que ama ser godín, que hay un verdadero orgullo godín”, dijo.

“El libro es comedia pero lo empiezo en una nota hablando en serio, no lo usemos como un insulto, no nos avergoncemos de ser Godínez, o de haber sido Godínez, porque vergonzoso sería no tener trabajo. Los `ninis’ son el problema, no los Godínez”, agregó en referencia al término que se usa para la gente que ni estudia ni trabaja.

Presentaciones de Power Point, estilos de música para oficina, elección de corbatas y el arte de evitar trabajar en horas laborales son algunos de los temas del manual. Entre ellos se destaca la comida, alrededor de la cual parece girar la jornada de muchos Godínez, incluyendo café de Starbucks y sopa ramen para microondas.

“Es como un radar, el Godínez sabe dónde hay una cocina económica a 200 metros a la redonda, y siempre hay, y si no está el asunto de los sándwiches del Oxxo, que todo mundo los odia, pero yo creo que son deliciosos”, dijo Pinto sobre la comida rápida de una cadena de minisupers a la que inevitablemente recurren los oficinistas en México.

“Es como la comida de astronauta, la pasta alimenticia (de los Godínez) son los cacahuates del Oxxo”. El tema más profundo y preciso del libro es el funcionamiento de la economía Godín, siempre al borde del abismo en espera del próximo cheque y dependientes de las tarjetas de crédito, los meses sin intereses o el famoso aguinaldo, el bono anual al que tienen derecho los trabajadores mexicanos.

“No es una cuestión socioeconómica, porque le pasa a los Godínez que ganan 6.000 pesos y a los que ganan 60.000, esa mala organización del dinero”, dijo el autor originario de Mérida, Yucatán.

“Hasta los altos ejecutivos en las empresas están esperando su aguinaldo para comprarse su coche fancy (lujoso), es improvisado todo”. Editado por Aguilar, el libro fue ilustrado por Pinto y Vania Bachur, artista originaria de la capital mexicana, con un estilo bastante dinámico que incluye prototipos de tuppers, gráficas, instructivos y, por supuesto, hojas de Excel.

“Yo hago cómics normalmente y no quería que fuera de cómics este libro, pero ella tiene este estilo de ilustración muy de cómic que me funcionaba mucho”, señaló Pinto sobre el trabajo de Bachur.

Pinto, quien también ha publicado el libro de humor “Hipsters (Un manual ilustrado)”, dijo que su próxima obra será sobre los millennials, pero no como él que pertenece a los primeros integrantes de esta generación, sino de los jóvenes nacidos en los últimos 15 años que están ahora en las redes sociales.

“Siento que me pongo de muy mal humor si no estamos viéndole el lado patético a lo que vivimos”, dijo Pinto. “No me refiero a patético malo sino a extraño, raro, como todos somos unos freaks (fenómenos), vamos a aceptar que lo somos y vamos todos a burlarnos de eso porque, ¿qué nos queda?”.

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