El múltiple ganador del Latin Grammy, Jorge Drexler, se presentó a casa llena en Santo Domingo, rompiendo con una ausencia de nueve años y llenando la sala principal de Teatro Nacional de acordes y letras que lo unieron aun más a sus seguidores dominicanos.
Durante dos horas y 20 minutos, el artista uruguayo y sus seis músicos estuvieron en un escenario que emulaba una hoja en blanco, en referencia a su más reciente disco y gira homónima “Tinta y tiempo”, la cual llegó al país bajo la plataforma Santo Domingo Pop, producido por Nono Rodríguez.
Tras una serie de audios, aparentes notas de voz de su prima Alejandra Melfo sobre cómo ha evolucionado el amor, la poesía y la ciencia, el uruguayo salió a escena, recibiendo su primera ovación de la noche de un teatro totalmente de pie, ante el cual se rindió.
Visiblemente emocionado, se arrodilló y besó el escenario; al ponerse de pie, dijo: “Klk Santo Domingo” e iniciaron los acordes de “Plan maestro”, a mitad de la cual recibió y tocó su ukelele.
Acompañado de los que hicieron el disco con él, cuatro músicos, dos coristas y un grupo de guitarras que cambiaban con frecuencia, el cantautor se mostró cercano, exquisito y cómico, jugando con las historias tras cada canción y las anécdotas de sus vivencias, logrando una gran conexión con la audiencia.
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“Hace mucho que no veníamos. No entiendo cómo ha pasado esto. Discúlpenme, pero no ustedes, si no los músicos que se habían perdido de venir a Santo Domingo y están aquí por primera vez. Ha pasado de todo, entre otras cosas, una pandemia mundial, un disco nuevo, aparecieron canciones nuevas y estamos trayéndoselas”, dijo.
La canción siguiente superaba la euforia del público a la anterior, teniendo como medidor las ovaciones que recibía y las luces de los celulares que iluminaban el teatro, captando los momentos. Además, Drexler celebraba que conocieran todas las canciones del álbum nuevo y que, además, posteriormente pidieran canciones de la década de los 90, con las cuales complacía a los presentes.
Firmó autógrafos, se tomó fotografías, hizo al público parte de las canciones con diferentes dinámicas que permitía crear sonidos, recibió flores, una pancarta pidiendo “Universos paralelos”, dedicó “Me haces bien” a una hondureña que conoció en Bocha Chica tras su llegada, cantó “La bilirrubina”, disfrutó del coro que orquestó a audiencia escuchando emocionado y se paseó, corrió y brincó en el escenario.
“Hay gente aquí que me conoce que me sorprende mucho. Será un amor automático… He visto gente loca, pero no tan amorosamente loca como aquí en RD (…) Muchas gracias por el calor, el silencio, el ruido… me ponen tan contento”, dijo mientras disfrutaba de la receptividad de sus fans.
El repertorio de unas 28 canciones incluyó temas como “Deseo”, “Corazón impar”, “Cinturón blanco”, “Asilo”, “El día que estrenaste el mundo”, “Tocarte”, “Silencio”, “Todo se transforma”, “Movimiento” y “Amor al arte”, entre muchas otras, acompañado de una orquesta con una excelente sincronía y coordinación que compenetraba sus talentos individuales hasta volverlo uno en cada canción, en dos conciertos que contaron con el apoyo de BanReservas.