Jornada de protestas antigubernamentales en Brasil

Jornada de protestas antigubernamentales en Brasil

Una mujer exhibe una pancarta que dice en portugués ?PT fuera? en referencia al gobernante Partido de los Trabajadores, durante una protesta contra la mandataria Dilma Rousseff en Río de Janeiro, el domingo 16 de agosto de 2015. Diversas ciudades y poblados de Brasil fueron el domingo escenario de protestas para exigir la renuncia y juicio político contra la mandataria. (AP Foto/Leo Correa)

Río Janeriro, Brasil.- Grupos de manifestantes salieron el domingo a las calles de ciudades y pueblos de Brasil para participar en un día de protestas antigubernamentales a nivel nacional, considerado un termómetro del descontento popular con la presidenta Dilma Rousseff.

Las protestas, convocadas principalmente en las redes sociales por una serie de organizaciones, fustigan a Rousseff, cuyo segundo período en el gobierno se ha visto conmovido por un creciente escándalo de corrupción que ha involucrado a políticos de su Partido de los Trabajadores y a una economía vacilante y una inflación creciente.

Es la tercera manifestación antigubernamental a gran escala este año, después de otras en marzo y abril. Los analistas políticos creen que la concurrencia a las manifestaciones del domingo podrían determinar el futuro del movimiento de protestas.

Si la convocatoria moviliza a multitudes podría aumentar las presiones sobre el gobierno, pero si la concurrencia es escasa podría dar cierto alivio a la presidenta. Miles de personas que portaban banderas nacionales convergieron en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro y se efectuaban manifestaciones menores en la ciudad amazónica de Belem y en Belo Horizonte.

En la capital, Brasilia, una marcha por una avenida central donde se levantan ministerios y monumentos parecía haber reunido a varios miles de participantes. Se anticipaban más de 200 manifestaciones en todo el país.

Las manifestaciones fueron convocadas principalmente por grupos de activistas en la red que demandan desde el juicio político a la presidenta hasta el retorno a una dictadura militar como la que rigió de 1964 a 1985, pero el fin de la corrupción parecía el objetivo principal, mientras se investiga la corrupción generalizada en la compañía petrolera estatal Petrobras.

Lincoln Carlos, un empresario de 60 años, dijo que se unía a la protesta de Río para reclamar el fin de la corrupción. “Han robado al país”, afirmó. “Es vergonzoso”. La protesta de Río, en una avenida amplia que corre a lo largo de la playa de Copacabana, debía coincidir con una prueba de ciclismo previa a los Juegos Olímpicos de 2016, pero los organizadores cambiaron la ruta y el horario para evitar la superposición.

La popularidad de Rouseff ha caído a su menor nivel para un mandatario brasileño desde 1992, cuando el presidente Fernando Collor de Mello se vio obligado a dejar el cargo después de ser sometido a un juicio político por corrupción. Una encuesta tomada este mes indicó que apenas el 8% de los encuestados consideraba que el gobierno era “excelente” o “bueno”. Por el contrario, el 71% consideró que el gobierno era “un fracaso”.

La encuesta de Datafolha se basó en entrevistas a 3.358 personas el 4 y 5 de agosto y tuvo un margen del 2%. El Grupo Eurasia, organización asesora sobre riesgos políticos, consideró las protestas del domingo como un indicio importante a tener en cuenta. “Mientras los llamamientos a la renuncia de Rouseff serán el lema central de las manifestaciones del domingo, el mayor riesgo para el gobierno sería que las protestas masivas se hicieran frecuentes y fuesen seguidas por movimientos sindicales”, afirmó.

En 2013, una ola de protestas a nivel nacional tomó por sorpresa a los analistas ya que las multitudes más numerosas en una generación salieron a las calles antes del torneo de fútbol Copa Confederaciones, un año antes de la Copa Mundial.

Los manifestantes estaban indignados por los gastos generosos en estadios y otra infraestructura para el mundial, en contraste con el deterioro de escuelas y hospitales. La insatisfacción con los servicios públicos y los impuestos elevados sigue en ebullición mientras el país se prepara para los Juegos Olímpicos de Río en 2016.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas