Cuando el Poder Ejecutivo observó el Proyecto de Modificación al Código Penal, probablemente no estaba al tanto que con su decisión estaba retrotrayendo al país a un debate felizmente superado en 2010, y además colocó al gobierno y al partido en abierta contradicción con la Iglesia Católica y las Cristianas en un tema ético y de fe como es el aborto.

Efectivamente uno de los temas más debatidos del proyecto de modificación constitucional fue el aborto, pues en aquel momento como ahora, se manifiestan los grupos e individuos que pretenden meter de contrabando la liberalización del aborto, y del otro lado las iglesias Cristianas y los que creemos que el feto, es depositario de los mismos derechos humano que la madre

Los legisladores en su momento colocaron sus oídos en el corazón de las mayorías y desoyendo las campañas de los grupos pro-aborto aprobaron el Artículo 37 de la Constitución: “El derecho a la vida es inviolable desde la concepción a la muerte. No podrá establecerse, pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte”.

Luego de esa observación, cuestionada por prestantes abogados y fundaciones, la Iglesia Católica y las Cristianas decidieron trabajar en una agenda común a favor de la vida, la Conferencia del Episcopado emitió un comunicado, también la Conferencia Dominicana de la Unidad Evangélica, el Cardenal López Rodríguez instó a los Cristianos a desarrollar una jornada y, además, a lo largo de la semana se han producido vigilias en el Congreso por parte de Sacerdotes, Pastores y Feligreses.

El documento de la Conferencia del Episcopado Dominicano aborda con claridad y profundidad todas las vertientes del problema y los planteamientos de los grupos pro-aborto.

En relación al aborto en el acápite tres del documento establece: “La legalización del aborto es dictar pena de muerte, a una persona, por demás indefensa, aunque esta provenga de una violación de la que ella no es nada responsable, o bien tuviera una malformación”. Más adelante en el acápite cuarto reza: “Alabamos y hacemos nuestra la preocupación por la vida de la madre, pero seríamos excluyentes y discriminatorios si solo defendemos los derechos de la madre y condenamos a muerte el hijo que está en el vientre, que también merece del Estado, de sus progenitores de toda la sociedad el derecho a la vida y a la salud……”.

En cuanto al aborto por violación el brillante documento fija la siguiente posición: “Aunque es verdad que la violación produce un trauma a una mujer violada, el aborto le ocasiona otro trauma psicológico perdurable en el tiempo llamado síndrome del post-aborto. Nunca un crimen se puede reparar con otro crimen como es el aborto”.

Y en relación al aborto terapéutico el Documento fija su posición: “Practicar el aborto cuando la criatura tenga malformaciones sería condenar a muerte a una vida indefensa e inocente. Sería decirle al 7% de la población dominicana con discapacidades que ellos no merecen vivir, cuando ellos tienen tantos dones que aportar al bien de la familia y de su patria”.

El Poder Ejecutivo para satisfacer las presiones de comunicadores, ciertos abogados y ONG´s observó el Proyecto y le “tiró la papa caliente” a la Cámara de Diputados y esta, si acepta las observaciones o deja pasar dos legislaturas sin pronunciarse, estaría abriendo una gran brecha, equivalente a legalizar el aborto, que por cierto está penalizado por el viejo Código Penal y el destino final sería un recurso ante el Tribunal Constitucional.

Los Cristianos debemos mantener esta jornada, aunque nos llamen conservadores, y además porque del lado del aborto está el equipo mediático del PRM, los mismos articulistas y las mismas ONG´s que en el tema de la Sentencia del TC (138-13) y la de la CIDH, se pusieron del lado de los poderes foráneos que pretenden le regalemos la nacionalidad a todos los haitianos residentes y han mantenido una asquerosa y mendaz campaña contra el país. No es accidental, porque son financiados por los EU, que pretenden imponernos su cultura de muerte y que carguemos con el estado fallido.