Tan pronto pasen los primeros días del nuevo año, los dominicanos tendremos que pensar en algunos asuntos inquietantes. ¿En que clase de país deseamos vivir durante los años que seguirán al 2014? ¿Es posible cambiar el derrotero que ahora llevamos? ¿Podríamos obligar a los líderes de los partidos políticos a ser un poco más responsables con los intereses colectivos? ¿Estamos dispuestos a hacer los esfuerzos necesarios para contener la delincuencia? ¿Prestaremos atención a las raíces del problema dominico-haitiano? ¿Queremos seguir dependiendo de la mano de obra extranjera? ¿Controlaremos al fin el flujo de inmigrantes indocumentados haitianos? Estas preguntas martillan en las cabezas de miles de dominicanos.

La dependencia energética de Venezuela es un tema poco tratado en la prensa dominicana. No solo tenemos una enorme deuda externa con ese país; Venezuela es, además, accionista propietaria de la Refinería Dominicana de Petróleo. De la situación política de Venezuela lo menos que puede decirse es que presenta graves complicaciones. El acuerdo petrolero mediante el cual recibimos combustibles bajo condiciones especiales de crédito no podría mantenerse, si cambia el gobierno venezolano o se agravan sus carencias económicas internas. El presidente Nicolás Maduro no parece ser un gobernante cuidadoso y prudente. Sus últimas declaraciones, acerca de la solidaridad de Venezuela con Haití, no nos permiten albergar grandes esperanzas.

Hay ocasiones en que, frente a la magnitud de los problemas colectivos, los ciudadanos de un país deciden armarse de valor y decisión para afrontarlos. Estos movimientos se gestan lentamente y emergen con sorpresa para los actores políticos tradicionales. A veces, cambian el curso de “la historia de siempre”. No es posible tirar, permanentemente, de una cuerda, sin tensarla hasta la rotura. El “estado de animo” de muchos sectores de la población dominicana podría ser “medido o auscultado” mediante cualquier encuesta.

De los partidos políticos dominicanos se ha escrito mucho en los últimos tiempos. Unos carecen de líderes con carisma; otros están dramáticamente divididos. En el partido oficial parece haber indicios de pugnas por el control de los organismos internos de decisión. Con la llegada del nuevo año se iniciará el largo viaje de los Santos Reyes Magos. Sus tres camellos traerán regalos para niños y varias “jorobas” para los adultos.