José Armando Tavárez Rodríguez,
de niño soñó ser científico

José Armando Tavárez Rodríguez, <BR>de niño soñó ser científico

POR YOANY CRUZ
Sus primeros años de vida transcurrieron con la normalidad de los jugueteos y travesuras propios de la infancia y el cumplimiento de los deberes asignados por sus padres; en los que siempre buscaba un espacio para soñar con un futuro grandioso que lo llevara a descubrir el universo.

El futuro de sus sueños infantiles se presentaba como todo un científico, capaz de crear cosas nuevas, de descubrir el universo, el cosmos, y así poder entender el mundo que nos rodea, inquietudes que le surgían a través de los documentales que veía en la televisión.

Hoy día, en su vida de adulto percibimos a un extraordinario ser humano, capaz de alcanzar todo lo que se propone, no solo para su propio beneficio, sino para todo aquel, que como él, sueña con un mañana, perseverancia que lo ha hecho merecedor de ocupar una posición laboral que se ajusta a la vocación de educador que descubrió durante esa época de estudiante.

En la dirección del Instituto Tecnológico De Las Américas (ITLA), José Armando Tavárez Rodríguez, maneja el mundo de la informática, que fue lo que escogió como profesión; pero además asumió su apostolado de educador ofreciendo esos medios educativos a todo el país.

Al recibirnos en el salón de conferencias del ITLA, nos habla de su precedencia familiar, sus logros, de la informática y de sus proyectos, precisando de inmediato: «yo soy un dominicano de abajo, común y corriente, que viene de una familia humilde y unos padres excepcionales que supieron administrar el dinero para invertirlo en una buena educación para mí y mis hermanos».

Con el orgullo de un hijo agradecido, definió a su padre José Arturo Tavárez y su madre Cristiana Rodríguez como dos personas que no pudieron tener una formación académica, pero que vieron en sus hijos la realización de esos sueños que ellos no pudieron hacer realidad.

De su niñez narró la buena relación con sus padres pues a su juicio Dios lo premió al darle un padre y una madre preocupados por el crecimiento profesional y humano de sus hijos, «mi mamá era el soporte moral, la que llevaba a los niños los domingos a misa y nos educaba moralmente aclarándonos lo bueno y lo malo e inculcándonos siempre una conducta recta y el amor a la familia».

Recuerda las precariedades de su infancia y adolescencia cuando su padre se endeudaba para poderle pagar sus estudios. «Esto yo lo cuento con mucha satisfacción porque esas deudas eran para darle una buena educación a sus hijos y ese mismo legado es el que yo pienso darle a mis descendientes».

Sus anécdotas incluyen «que el dinero que su padre le daba, sólo le alcanzaba para pagar la matrícula, por lo que no podía comprar libros y en ocasiones tenía que irse a pie hasta su casa por la falta de un pasaje».

Su primera experiencia con el mundo de la informática fue cuando un amigo y compañero de octavo curso le mostró una computadora que le compraron sus padres en Estados Unidos, «esa computadora para mí fue una maravilla, pues él me mostró un software que para estos tiempos está super obsoleto, con una memoria RAM de 128 Kb, y yo observaba como él la manejaba e imprimía y yo quería que mi papá me comprará una computadora como esa cuando yo terminara el bachillerato, pero obviamente no había dinero».

Después de ese encuentro con la tecnología, José Armando Tavárez Rodríguez sentía que allí estaba su futuro, y decidió estudiar algo que le relacionara con aquellas máquinas.

Sin embargo, en el tercer año de bachillerato tuvo un momento difícil de su vida de adolescente, que lo hizo entrar a la Iglesia católica a través de una catequesis, a la comunidad de la Parroquia Jesús Maestro, que para él fue un memorial importante que marcó el antes y el después de su vida, y que lo ayudó a entender la fe en ese momento.

En la iglesia se abrió un camino de salvación y de discernimiento vocacional: «Dios, ¿a qué tú me llamas?», se preguntaba, «y pasaron por mi mente muchas ideas, como ser sacerdote, misionero, que estudie una carrera y me case, irme a evangelizar a otro país y de hecho todavía hay compañeros que me dicen el padrecito. Decidí finalmente estudiar la carrera, me casé y formé mi familia».

José Armando Tavarez Rodríguez está casado con la doctora en Medicina, Nancy Minervino, a quien define como lo mejor que le ha pasado en su vida después de sus padres y de quien recibirá un niño que nacerá en el mes de agosto que le pondrá por nombre Juan Pablo, en honor al papa Juan Pablo II.

«SOY INGENIERO DE PROFESIÓN Y MAESTRO POR VOCACIÓN»

Aunque su carrera es fascinante, confiesa que tiene un código genético de maestro, ya que su primer trabajo fue como profesor y desde entonces ha impartido clases, ahora por las obligaciones de su cargo en el ITLA es que lleva un tiempo retirado de las aulas, pero para su satisfacción ya en este mes retorna a las aulas con un grupo de muchachos de la comunidad de Boca Chica, a los que les dará clases como acción social, para ayudar a los jóvenes y ejercer su pasión por la enseñanza.

«Lo que más me impacta de la tecnología es la capacidad de enfrentar problemas y de una manera diligente generar la solución, lo que se llama pensamiento analítico y crítico. Para obtener una solución el ser humano utiliza una herramienta tecnológica, no es la computadora y la herramienta en sí misma, es utilizar la tecnología con la destreza suficiente para crear y solucionar los problemas que enfrenta el hombre día a día, que pueden ser de todo tipo, pues usando la tecnología se pueden resolver problemas sociales y técnicos», precisó el director del ITLA.

Entiende que el ser humano ha desarrollado una sociedad que sin la tecnología es imposible que exista, no porque haya creado una dependencia, sino porque ha sido lo suficientemente inteligente para modificar su realidad para hacer su vida más fácil y concentrarse en lo que realmente es importante en las relaciones humanas, innovar y crear.

Cree que la tecnología ocupa todos los espacios del ser humano, porque en la actualidad se vive a merced de lo que el hombre ha creado para mejorar su estilo y calidad de vida, de tal forma que ésta permea toda la vida y obviamente lo que está haciendo ahora la tecnología es innovándose a sí misma, mejorando a tal punto de que en cincuenta años, en vez de usar el mouse se pueda activar la computadora con la voz, que las cirugías médicas ya no sean cortando la carne, en fin, la tecnología tiene un impacto.

Nos explicó que para aprender a manejar la computadora o cualquier tipo de dispositivo tecnológico sólo hay que tener el deseo de aprender, no existe gente que no sea capaz de vivir en un mundo tecnificado.

EDUCACIÓN Y TECNOLOGÍA

«La educación y la tecnología cada vez más estrechan sus lazos en estos tiempos modernos, la educación utiliza la tecnología para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje y la relación maestro-alumno, haciendo que exista un ambiente activo en el aula donde el estudiante puede no solamente escuchar una cátedra, sino que también puede observar en vídeo una presentación, entrar en Internet y documentarse de manera rápida gracias a la tecnología», indicó.

Recordó que ir a la biblioteca era cuestión de durar un día entero leyendo varios libros y copiar todas esas informaciones a mano, el estudiante de hoy se documenta a través de la página web del site y desarrolla la capacidad de análisis y pensamiento crítico de ver qué es importante y qué no.

Destacó que hoy día se utiliza el aprendizaje electrónico, que es un procedimiento que le permite a los estudiantes inscribirse en un curso en la web y compartir con cien compañeros de diferentes países y así se expande el aprendizaje multicultural.

Reconoció que República Dominicana es un pueblo que está en contínuo desarrollo, aunque le falta un poco más de esfuerzo en el área de capacitación y educación, porque no se puede hablar de una persona que pueda renovar su marbete vía Internet si no está capacitado, no se puede hablar de una sociedad moderna si ese ciudadano no está modernizado en sus habilidades de manejar la tecnología sin temor y con destreza.

Destacó el esfuerzo que está haciendo el gobierno con la iniciativa del ITLA, de incrementar las capacidades de manejo de la tecnología y la educación.

SUS PROYECTOS EN EL ITLA

Calificó al Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA) como la institución líder en la región del Caribe en el área de tecnología, de la cual los dominicanos deben sentirse orgullosos por tener una entidad como esa.

«Nosotros recibimos con frecuencia inversionistas extranjeros, autoridades de universidades de otros países, que cuando ven la infraestructura del ITLA, quedan impresionados, pues no se imaginaban que aquí existiera una institución como ésta», significó.

Su misión en la institución es desarrollar el recurso humano necesario para que República Dominicana se pueda insertar en el nuevo modelo de desarrollo económico, social y político y pueda tener personas altamente capacitadas en el campo tecnológico, de tal forma que en el ámbito internacional se diga que en República Dominicana, aparte de turismo y los peloteros buenos, también hay personas altamente capacitadas y certificadas, que hay talento humano.

Entre los proyectos académicos que desarrolla a través del ITLA, está la creación de nuevos centros, como el de Excelencia, a través del cual se imparten los cursos sobre tecnología de la información, mecatrónica, servicios de multimedia y el último que es el Centro de Excelencia en Software que fue inaugurado en abril.

También están los proyectos estratégicos que son los que se ejecutan en conjunto con empresas privadas e instituciones del Gobierno y los proyectos sociales como es el de impacto tecnológico comunitario a través del cual han seleccionado unos cien estudiantes destacados en la zona y les han otorgado becas «full», con ellos estudian la posibilidad de ver como pasan de no tener ninguna oportunidad, a ser empleados bien pagados; también está el programa denominado Vida Diferente y Gente en Línea, a través del cual se ofrece información al cliente vía teléfonica.

Su meta es salir de la entidad y dejar una cantidad importante de jóvenes entrenados en las diferentes áreas que enseñan y dejar funcionando éxitosamente el Centro de Software, Mecatrónica y Emprendimiento, para que los estudiantes tengan una formación de primera y calidad de egresados, que hagan la diferencia como mejores profesionales. Y es que el director del ITLA lo tiene bien claro «yo no me quiero ir del ITLA sin hacer de ésta una institución sólida, ya que está en una fase de institucionalización y reconocimiento internacional.

PERFIL

José Armando Tavárez Rodríguez nació el 22 de septiembre de 1973, en la ciudad de Santo Domingo, donde realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Calasanz.Es hijo de José Arturo Tavárez, vendedor de la fábrica de chocolates Munné y Cristiana Rodríguez, ama de casa.Tiene dos hermanos: José Juan y Gilma.

ESTUDIOS SUPERIORES

Estudió Ingeniería de Sistemas y Computación en la Universidad Pontificia Madre y Maestra (PUCMM). Una maestría en Administración de Empresas en la PUCMM. Un doctorado en Ingeniería de Software de la Universidad Pontificia de Salamanca, España y un doctorado en Educación de la Universidad de Murcia, España.

Estudió el ciclo completo de inglés en el Instituto Cultural Dominico Americano, y profesional certificado por el Cisco Certified Academic Instructor (CCAI) y por Microsoft Corporation.

EXPERIENCIA LABORAL

Se ha desempeñado como director de la Carrera de Ingeniería de Sistemas y Computación en la PUCMM; fue gerente general de Trainers, S.A.; profesor a tiempo completo de la PUCMM en el período 2000-2002; profesor de informática en el Colegio Calasanz de 1994 a 1996;

Fue encargado del Departamento de Cómputos y profesor de informática en el Instituto Superior de Informática. Y actualmente es director ejecutivo del Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA).

A CORAZÓN ABIERTO

Comida favorita: tostones verdes
Bebida: agua
Ritmo: merengue
Un artista: Juan Luis Guerra
Pasatiempo: leer
Una fruta: mango
Virtud: la honestidad
Defecto: confiar demasiado en la gente
Le preocupa: el futuro del país
Un refugio: mi casa
Hora del día: la noche, porque regreso a mi casa
Admira a: Juan Pablo II

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