José B. Gautier – Presidente, no se deje chantajear

José B. Gautier – Presidente, no se deje chantajear

La República Dominicana parece caminar en estos momentos sobre el filo de una navaja. Su pueblo necesita conocer de fuentes gubernamentales qué es lo que está pasando en el orden internacional relativo a la República de Haití. Cuál es la posición oficial dominicana en el conflicto o guerra civil que se desarrolla en el vecino país, respetando el principio de la no intervención en los asuntos internos.

El gobierno -todos los poderes del Estado-, debe asumir esta responsabilidad. Enemigos de la nación dominicana conspiran para destruirla. El gobierno -todos sus estamentos,- no puede dejarse sorprender. Estos renegados, dominicanos y extranjeros, buscan que la República Dominicana claudique como nación libre, independiente y soberana. Y los malvados asechan la oportunidad de dar el golpe. ¿Pero cómo lo harán? ¿De qué forma?

El titular del diario me asombró. Me congeló los huesos. Me hizo parar de puntas los pelos de la cabeza. ¡Qué bochornoso es vivir en un país de rodillas, amordazado, vejado, por los países poderosos! El mismo decía «La ONU pide Congreso apruebe Ley Migración». Y más adelante anunciaba por boca de su coordinador residente del Sistema de Agencias de las Naciones Unidas, Niky Fabiáncic: «Las Naciones Unidas apeló ayer al Congreso Nacional a que se aboque a la aprobación de la Ley General de Migración… a fin de cimentar las bases de un Estado dominicano moderno» (Listín Diario, sábado 14 de febrero del 2004, P.12).

¿Qué busca con esta declaración el representante de las Naciones Unidas en el país? ¿Será acaso para obligar al gobierno dominicano para que otorgue una amnistía general a los miles de indocumentados haitianos que residen ilegalmente en el país y que entran y salen a su antojo del mismo?

¿Conoce el pueblo dominicano los alcances y las consecuencias de la aplicación de la nueva Ley de Migración que cursa por el Congreso Nacional?

El desfile de altos, prestigiosos y honorables funcionarios de instituciones internacionales como los son los de las Naciones Unidas (ONU) y los de la Organización de Estados Americanos (OEA) y su centenares de apéndices por las altas esferas gubernamentales del país es grande. La presión aumenta todos los días. Visitas. Charlas. Seminarios.

Señores legisladores del Congreso Nacional, señor Presidente Mejía, no se dejen chantajear por estos organismos internacionales ni por religiosos que buscan refugios para los haitianos aunque el pedimento provenga del mismo Santo Padre en Roma. La soberanía nacional es inajenable, como lo es constitucionalmente su territorio. No claudiquemos nuestro derecho como nación.

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