José Bautista da apoyo a peloteros para seguir estudios

José Bautista da apoyo a peloteros para seguir estudios

Sports Illustrated. La historia de José Bautista es bien conocida. Un tipo que desarrolló tarde y no se estableció en Grandes Ligas con Toronto hasta los 29 años de edad.

Nunca pegó más de 16 jonrones hasta que se destapó con 54 en el 2010 y de ahí en adelante se ha establecido como uno de los más consistentes jonroneros del negocio.

Fue un camino poco usual, uno del que Bautista ha hablado mucho en los últimos años.

Sin embargo, hay otra parte de la historia de la que no se habla mucho.

El jugador de 34 años y cinco veces Jugador Estrella, es una rareza entre los peloteros nacidos en la República Dominicana porque fue a la universidad en los Estados Unidos.

En 1999 y 2000, Bautista asistió al Chipola College, en Mariana, Florida, donde jugó dos temporadas y obtuvo un grado técnico antes de firmar con los Piratas cuando fue drafteado en la ronda 20 en junio del 2000.

Demostrando que su viaje a Chipola fue más que para jugar béisbol, Bautista obtuvo su licenciatura en administración de empresas el año pasado y no se detuvo ahí.

A través de su fundación sin fines de lucro, el Fondo Educativo de la Familia Bautista (Bautistafund.org), Bautista trata de ayudar a más jugadores jóvenes fuera de los Estados Unidos a entender que irse a la universidad en los Estados Unidos puede ser una alternativa viable a firmar un contrato profesional a los 16 y 17 años, y que el valor de una educación puede ser inmenso.

La madre de Bautista, Sandra, era directora financiera de un conglomerado de compañías y contadora de profesión y su padre, Américo, era un productor de pollos que obtuvo su maestría en ingeniería agrícola en Hungría.

“Pero como todos los niños en República Dominicana, quería ser pelotero”, recuerda Bautista.

“Pero cuando comencé a recibir ofertas, nunca me ofrecieron nada bueno y mi familia siempre me inculcó la educación. Mis padres estaban en contra de que firmara un contrato que no superara el valor de una educación”.

En 1999, mientras aun trataba de convencer a un equipo de pagarle un bono decente, Bautista comenzó a estudiar administración de empresas en una universidad en Santo Domingo.

Cuando no se materializó nada significativo, uno de sus coaches de béisbol juvenil le dijo que su hijo Rafael había ido a Estados Unidos a estudiar con la ayuda de una fundación conocida como Fondo Educativo para Atletas Latinos. Era un programa fundado por un empresario llamado Don Odermann.

“En República Dominicana, había llegado hasta donde podía ir”, dijo Bautista. “Podía seguir jugando como hobby, pero mis posibilidades de convertirme en pelotero profesional llegaban a su final. Me estaba poniendo viejo para el mercado local y necesitaba concentrarme en la escuela. Don Odderman trabajó en el Cuerpo de Paz, donde hizo contacto con los países hispanos y vio la necesidad de abogar por la educación. Y como el béisbol era el deporte más popular, podía ser un buen trampolín para algunos de esos muchachos que eran lo suficientemente buenos para jugar en el nivel colegial o incluso profesional”.

Cuando Odermann se enfermó alrededor del momento en que la carrera de Bautista arrancó en Toronto, parecía que la fundación podría expirar.

“El era el dueño, operador y fundador”, explica Bautista. “Y sentí que era mi deber hacer por otros muchachos lo que él hizo por mi. Estaba en un momento de mi carrera en que buscaba crear mis propios asuntos caritativos y cuando me enteré que su fundación iba a cesar, pensé asumirla, pero nos recomendaron empezar una nuestra y ahí fue cuando decidimos imitar lo que él estaba haciendo. Estamos concentrados en darles oportunidades a los muchachos para que sigan jugando pelota, pero como atletas estudiantes. No como profesionales y ahora tenemos unos 28 muchachos en diferentes universidades en Estados Unidos y Canadá”, explicó.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas