José Bojos Saad

José Bojos Saad

UBI RIVAS
El 18 de mayo último falleció a los 93 años asaz productivos, en Santiago de los Caballeros, el muy conocido industrial José Bojos Saad, y con su deceso pierde el país a un capitán auténtico de empresas, un hombre dedicado absolutamente al trabajo, lo que no es raro en los árabes, y al hogar.

Desde mi adolescencia en el Primer Santiago de América donde discurrí los primeros años de mi existencia para luego en 1962 trasladarme a la capital a estudiar leyes en la única universidad de entonces, conocí a distancia a José Bojos Saad, transitando por mi calle, la Restauración, que era la suya, dos veces por día, luego de las 12:00 y después de las 6:00 pm.

Transitaba esa vía proveniente de su fábrica de pieles (tratamiento) en Pastor, transportándose en un Land Rover de la época, verde, conducido por su chofer El Maeño. A veces conducía su Oldsmobile azul cielo.

Nunca traté a este singular personaje de nuestro andamiaje industrial, como tampoco a otros de su mismo nivel, como Luis Sued Saad, primo suyo, aunque sí al hermano de éste, Jaime, como nunca traté a Jacinto Dumit, pero sí conocí a su esposa María Pichardo, es decir que mis tratos siempre fueron y son, alternados entre las diferentes clases sociales del país.

Su hermano menor, Andrés, fallecido, era mi condiscípulo en el colegio La Salle.

Recuerdo que José Bojos construyó la primera residencia con marquesina en el centro de Santiago de los Caballeros, aunque la de mi extinto compadre el presidente Antonio Guzmán poseía marquesina y también la del doctor Salomón Jorge, en la primera calle que bordea el monumento a la Paz de Trujillo, luego a la Restauración y también en los suburbios, la de Jacinto Dumit y su esposa María Pichardo.

En el áspero discurrir de más de medio siglo de jalonar histórico reciente, donde se han producido innumerables alteraciones y/o cambios en el accionar conductual de la sociedad dominicana, en el mayor de los casos para retroceder en vez de avanzar, sobre todo en lo concerniente a los atributos éticos, nunca nadie identificó a José Bojos Saad en algazara ni discusión alguna, sino que se manejó con extrema prudencia, sigilo, cautela, delicadeza, tacto, atributos esenciales para referencial la inteligencia.

Dispuso, eso sí, de un consejero formidable para esquivar litigios en la persona de su abogado, el prestigioso jurista Marcos Antonio Cabral Bermúdez, a quien consultaba y visitaba en su bufete constantemente, como lo hacía casi a diario a su primo Luis Sued Saad.

Visitaba todos los martes en la capital a su amigo Papucho Morales, representante de Mercedes Benz en el país, cuando acudía a la capital en procura de resolver casos de su empresa, la segunda en Santiago de los Caballeros en curtir pieles que luego derivó en Industrias Bojos, fabricantes de correas (cinturones) de reputada calidad en el país y el extranjero.

La primera industria de procesar pieles en mi amado Santiago de los Caballeros la creó Aquiles Bermúdez Ramos en la década de los años 40ta. de la anterior centuria.

Marcelo Bermúdez Estrella tiene también una fábrica de correas en la zona franca industrial denominada Madam Rochac.

Nunca he identificado una voz que se alzare para censurar algún proceder de José Bojos Saad, algo que lo eleva al sitial de ciudadano intachable, algo de lo cual consigna su nieto el también industrial Luis José Bojos Bonilla, conforme aprecié en el artículo sobre su abuelo que publicó en La Información del 26 de mayo último.

Paz a José Bojos Saad y recuerdo imperecedero por su admirable conducta. Pesar a sus familiares.

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