José Dolores Cerón: un maestro olvidado

José Dolores Cerón: un maestro olvidado

José Dolores Cerón figura entre los grandes músicos dominicanos de todos los tiempos.

Compuso valses, danzas, canciones y poemas sinfónicos. En su obra, expresión de un nacionalismo musical tardío, sobresale lo  épico, lo legendario y lo subjetivo.

Son muy conocidas sus composiciones basadas en poemas épicos como “Las Vírgenes de Galindo”, “A la Caída de la Tarde” e “lguaniona”, entre otras; y aquella criolla “Como me besaba Tu”, grabada por Eduardo y Rosa Elena Brito en los añoos treinta del pasado siglo 20.  Por años,  Cerón fue director de la Banda de Música del Ejército Nacional. Introdujo en esa agrupación musical una serie de cambios como la agregación de contrabajos y el uso de campanas en las orquestaciones, que le permitió a esa banda ampliar su repertorio y ejecutar piezas clásicas de autores de renombre como Haydn, Schubert, Wagner, Beethoven, entre otros.

En sus notas sobre música, compositores e intérpretes dominicanos, el cantante lírico e historiador Arístides Incháustegui afirma que “el maestro José Dolores Cerón hizo de la Banda de Música del Ejército Nacional la mejor banda de conciertos que haya tenido el país en toda su historia. Era un hombre muy culto, además de músico, era médico y abogado”. EI autor de estas líneas recuerda cuando era un niño ver a su padrino casi todas las tardes dirigirse a una residencia del barrio de San Carlos vestido de gala militar, inquietando   a las lenguas viperinas del lugar.

Llegado a la adultez, nos tocó a mi esposa y a mí habitar en un apartamento de Ciudad Nueva cercano a la residencia del maestro Cerón. Todas las mañanas  veíamos pasar camino a un garaje cercano en busca de su automóvil para dirigirse a su trabajo, para entonces director artístico de Radio Santo Domingo.

Un día del mes de marzo de 1969, observamos con extrañeza que el destacado artista,  con las manos sobre su pecho, se devolvía a su hogar. Poco después, corrió la noticia en toda Ciudad Nueva de que el maestro José Dolores Cerón había fallecido víctima de una enfermedad del corazón.

Lamentablemente, hoy, somos pocos los que recordamos a  José Dolores Cerón. Ninguna sala del Teatro Nacional, del Palacio de Bellas Artes o del Conservatorio Nacional lleva su nombre. Tampoco  ninguna calle de la ciudad de Santo Domingo, ni ninguna plaza pública. Ni siquiera la Banda de Música del Ejército Nacional a la que tanto engrandecía fue bautizada con su nombre.

Francisco Moscoso Puello, en su libro de memorias de adolescencia “Navarijo”, recuerda que su padre le decía que en este país cuando le quieren dar a uno es lo mismo que cuando se lo quieren quitar. Es que los dominicanos somos así y así  somos.

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