¡José Gausachs: pionero de la modernidad!

¡José Gausachs: pionero de la modernidad!

La búsqueda de las raíces de la modernidad artística en la República Dominicana implicaría retomar una aventura ineludible hacia los inicios de la cuarta década del siglo XX. Entre los meses de noviembre de 1939 y junio de 1940, nuestro país, entonces bajo la sanguinaria dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, recibiría más de 3,500 refugiados europeos, principalmente hebreos, alemanes, españoles, húngaros y austríacos, sobrevivientes de los trágicos avatares de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil Española (1936-1945).

Entre estos refugiados se encontraban educadores, periodistas, músicos, escritores, artesanos, teatristas y algunos artistas plásticos importantes como George Hausdorf (1894-1959), Manolo Pascual (1902-1983), Josep Gausachs i Armengol (1891-1959), Joseph Fulop, José Vela Zanetti (1913-1997), Ángel Botello Barros (1913-1986), José Allosa Villagrasa, Alfonso Vila-Shum-(1897-1967), Carlos Solaeche, Francisco Gausachs Aisa, Rivero Gil, Francisco Vázquez Díaz-Compostela-, Ernesto Lothar (n.1906), Mounia L. André (n.1911), Joan Junyer (1904-1994), Eugenio Fernández Granell (1912-2001) y Antonio Prats Ventós (1925-1999).

Desde su llegada a nuestro país, Josep Gausachs, “aplatanando” incluso su nombre como José Gausachs, se dedicará completamente a la docencia y a la creación. En 1946, es designado subdirector de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Su sólida formación, su audacia creativa, su extraordinaria libertad en el dominio de la forma y el color, además del gran magnetismo de su personalidad artística, le convertirán en el maestro más admirado e influyente de la Academia dominicana durante las dos décadas siguientes.

José Gausachs trajo consigo una dicción plástica esencialmente postimpresionista y neoexpresionista caracterizada por su brillante asimilación de los postulados de las primeras vanguardias europeas. Sin embargo, en breve tiempo, la luz, la magia de la naturaleza y el “aire cristalino” de las islas; las “sonoridades” culturales, el ritmo y la misma cadencia energética de la mujer afrocaribeña, así como los enigmáticos y maravillosos destellos del trópico antillano, afloraron en un repertorio de imágenes signadas por su espléndida síntesis expresiva y su gracia estética inevitable.

Las exposiciones se constituyen en el mejor medio para que los estudiosos, especialistas y coleccionistas, puedan seguir encontrando y proponiendo nuevas lecturas o maneras de mirar las creaciones de los artistas, además de su contribución efectiva al proceso de sensibilización de los espectadores frente a las distintas experiencias creativas y a la misma historia del arte en tanto que nos permiten la apreciación directa de las obras reales.

Esto se comprueba con facilidad al confrontar la importante exposición titulada “José Gausachs. El Caballero de Montparnasse. Origen de la Pintura Dominicana Contemporánea”, abierta desde la noche del miércoles 14 de octubre en la Sala de Exposiciones del Centro Cultural de las Telecomunicaciones del Indotel, localizado en la calle Isabel la Católica esquina Emiliano Tejera de la Ciudad Colonial.

Dicha muestra, curada con rigor y óptimos resultados por el reconocido galerista Juan José Mesa, fundador y director del Centro de Estudios del Arte Caribeño-CEAC-, está compuesta por un significativo conjunto de obras y documentos que, en su mayoría, se exhiben por primera vez en Santo Domingo y las cuales han sido conservadas con esmero durante varias décadas por los familiares y herederos de José Gausachs, especialmente por su hijo Jorge y su nieto Francisco.

En este sentido, Juan José Mesa sostiene que uno de los principales objetivos de esta exposición es conmemorar los 75 años de la llegada del emblemático artista catalán a la República Dominicana, al mismo tiempo que busca resaltar los aportes trascendentales de José Gausachs a la educación artística, a la creatividad y al proceso originario del arte dominicano contemporáneo.

«Gausachs posee un gran atractivo y su recuerdo plasmado en excelentes obras perdura en nosotros. A lo largo de los casi 20 años que vivió en Santo Domingo se convirtió en el gran maestro del arte dominicano. Su integración se llevó a cabo a través de la absorción de los elementos étnicos, geográficos y culturales que definen nuestra identidad”…

Y agrega Juan José Mesa que “la negritud, como factor del arte moderno de principios de siglo XX, fue una condición que Gausachs trabajó en sus pinturas y dibujos. Igualmente, la luz tropical que excedía la mera captación de la realidad y se convertía en símbolo, iluminando sus paisajes donde la naturaleza casi selvática y el mar omnipresente, juegan un papel determinante…Nunca jamás regresó a su tierra y al igual que Doménikos Theotokópoulos (El Greco/el pintor de Dios) que siendo griego dio su arte a España, José Gausachs dio su arte a la República Dominicana”…

La polaridad entre figura y “escritura”, mejor todavía que entre “figura” y expresión, opera como una dialéctica espléndidamente metafórica entre cultura clásica y cultura popular identitaria en la obra vanguardista, estilísticamente ecléctica y profundamente existencial de Gausachs, artista genial en cuya obra global se efectúa de manera única y preciosa el proceso de transformación de la figura y la imagen en “escritura”…

Así, esta exposición conmemorativa del 75 aniversario de la llegada del célebre “Caballero de Montparnasse” se constituye en un homenaje necesario que no es solamente una nueva ocasión para el disfrute de su obra pictórica y dibujística, sino también para “calibrar” algunos pormenores de su intensa experiencia antillana, además de apreciar los aportes concretos de José Gausachs a la dialéctica evolutiva de la modernidad artística dominicana. De igual manera, los artistas de las nuevas generaciones no deberían dejar de estudiar la obra formidable de este gran maestro catalán del arte dominicano y universal.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas