En estos días, revisando mis archivos para anexar documentos a mis Memorias, me tropecé con unas frases de José Ingenieros, gran pionero de Psicología y las ideas socialistas en América Latina de su libro “Las Fuerzas Morales”, que aparecieron en Boletines del Movimiento Popular Dominicano (MPD) en agosto de 1960, poco antes de ser perseguidos por la tiranía Trujillista. Por su pertinencia quiero compartir algunas con los lectores.
“Jóvenes son los que no tienen complicidad con el pasado. Cada vez que una generación envejece y reemplaza su ideario por bastardeados apetitos, la vida pública se abisma en la inmoralidad y en la violencia. En esa hora deben los jóvenes empuñar la antorcha y pronunciar el verbo: es su misión renovar el mundo moral y en ellos ponen su esperanza los pueblos que anhelan ensanchar los cimientos de la justicia”.
“Es ventura sin par, el ser jóvenes en momentos que serán memorables en la historia. Las grandes crisis ofrecen oportunidades múltiples a la generación incontaminada, pues inician en la humanidad una fervorosa reforma ética, ideológica e institucional. Una nueva conciencia histórica deviene en el mundo y transmuta los valores tradicionales de la justicia, el derecho y la cultura. Intérpretes de ella, los que entran en la vida siembran fuerzas morales generadoras del porvenir; desafiando el recrudecer de las resistencias inmorales que apuntalan el pasado”.
“Los jóvenes cuyos ideales expresan inteligentemente el devenir constituyen una Nueva Generación, que es tal por su espíritu, no por sus años. Basta una sola, pensadora y actuante para dar a su pueblo personalidad en el mundo. El siglo está cansado de inválidos y de sombras, de enfermos y de viejos. No quiere seguir creyendo en las virtudes de un pasado que hundió al mundo en la maldad y en la sangre. Todo lo espera de una juventud entusiasta y viril”.
“La juventud es levadura moral de los pueblos. Cada generación anuncia una nueva aurora, la arranca de la sombra, la conciencia en su anhelar inquieto. Si mira alto y lejos, es fuerza creadora. Aunque no alcance a cosechar los frutos de su siembra, tiene segura recompensa en la sanción de la posteridad. De seres sin ideales ninguna grandeza esperan los pueblos”.
“Entusiasta y osada ha de ser la juventud. Sin entusiasmo no se sirven ideales; sin osadía no se acometen grandes empresas. Un joven escéptico está muerto en vida, para sí mismo y para la sociedad”.
“La juventud termina cuando se apega en entusiasmo. La juventud escéptica es flor sin perfume. De jóvenes sin credo se forman cortesanos que mendigan favores en las antesalas, retóricos que hilvanan palabras sin ideas, abúlicos que juzgan la vida sin vivirla; valores negativos que ponen piedras en todos los caminos para evitar que anden otros lo que ellos no pueden andar”.
“Los ideales dan firmeza en las propias fuerzas. Sin estudio no se tienen ideales, sino fanatismo; el entusiasmo vidente de los hombres que piensan no es confundible con la exaltada ceguera de los ignorantes”.
“La inercia frente a la vida es cobardía. Un hombre incapaz de acción es una sombra que se escurre en el anónimo de su pueblo”.