En 1974 el cantautor español José Luis Perales ya tenía cierto renombre como compositor. No obstante, por su mente no había pasado la idea de convertirse en cantante.
Pero el destino lo tentó en la persona de un amigo que lo convenció a que cantase. Han pasado treinta y cinco años desde que se dejó seducir por esa idea y todo ha salido a pedir de boca.
La celebración de este aniversario fue lo que le motivó a embarcarse en esta gira que lo llevará por diversos países de América y República Dominicana no se podía quedar fuera.
¡Cómo pasa el tiempo! Según dijo Perales, transcurrieron diez años desde su actuación anterior. Esta ausencia fue borrada con una presentación impecable, cargada de luces, un buen sonido y una orquesta excelente. No se podía pedir más. O a lo mejor sí. Quizás más canciones, como querían sus fans aún después de concluida la función.
En el segundo de los tres conciertos que ofreció en el país, se pudo ver a un cantante emotivo, tan romántico como sus propias canciones y muy galante, que enamoró a la audiencia con sus temas, sus bailes y su simpatía.
La sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito fue colmada casi en su totalidad de sus seguidores, en su mayoría adultos.
Desde su entrada se creó la magia, un ambiente en que el amor casi se podía palpar en el aire. Impecable en su traje color negro y faltando unos minutos para las 9:00 de la noche, Perales inició con Por qué te vas. Con este tema llegaron los aplausos, los gritos y las expresiones de algarabía.
En este concierto, de una hora y cuarenta y cinco minutos de duración, Perales interpretó 22 temas con los que resumió sus 35 años de carrera. Aunque algunas veces sonaba como si estuviera ronco y sus canciones no iniciaban como en los discos, pues tenían un aire nuevo, esto no importó…el público estaba enfebrecido.
Gracias, muy buenas noches a todos. Queremos celebrar muchos años en la música. ¡Vamos a cantar!, dijo con ese dejo tan suyo.
Entre anécdotas sobre sus canciones, Perales continuó con Doña Asunción, América, Me llamas, Amor sin límites, Santo Domingo, que escribió en el país, Sí, Y cómo es él y Le llamaban loca. El final, con el público de pie, fue con Un velero llamado libertad.
Lo único que falló fue la potencia de los faroles dirigidos a la audiencia, que casi cegaban.
Contraparte
La anfitriona fue la mexicana nacionalizada dominicana Lupita Ruiz. Dueña de una hermosa voz y gran coquetería, cantó temas como Amor eterno, El rey y Volver, lo lamentable es que lo hizo con pistas.
Las frases
José Luis Perales
No quería ser cantante
Un amigo me empujó y con esta canción (Celos de mi guitarra), inició todo.
Un día conocí a un niño con síntomas de desnutrición. Para esos niños, señor Presidente, le pido ayuda.
Zoom
Petición
Al presidente dominicano
Cuando relató la historia de la hermosa canción Que canten los niños, el cantautor español le solicitó al presidente Leonel Fernández, quien estaba acompañado de su esposa, Margarita Cedeño de Fernández, ayude a los niños y vele por ellos. Perales respalda la fundación Aldeas Infantiles SOS.