El sacerdote católico español José María Aguerri forma parte del reducido círculo de extranjeros que en las últimas décadas fueron a San Cristóbal a cumplir distintas tareas y se compenetraron tan estrechamente con la comunidad que se convirtieron en faro de luz, dejando huellas imborrables.

Por esta razón Aguerri ha sido recibido esta semana en esa ciudad como un héroe y se le tributa un homenaje de esos que trascienden y son reservados para los hombres fuera de serie.

Aguerri es el prior –superior- de la provincia de la Consolación (que integran Panamá, Guatemala, República Dominicana y España) de la Orden Agustinos Recoletos, una de las más viejas e importantes de la Iglesia Católica.

Estuvo en República Dominicana desde agosto de 1975 hasta julio de 1991, trabajando de manera destacada como cura al servicio de la Parroquia –en esa época la más amplia del país- y como profesor y director de la Escuela Parroquial Santa Rica, que pronto fue convertida en colegio con bachillerato.

Aunque se incorporó a la Parroquia en 1975, fue diez años más tarde, en 1985, cuando asumió como párroco titular, hasta 1991.

El colegio Santa Rita –segundo centro de enseñanza en importancia en San Cristóbal después del Instituto Politécnico Loyola- está radicado en la avenida Libertad y su edificación central lo constituye lo que fue, en la época de Rafael L. Trujillo, la sede del Partido Dominicano.

A Aguerri se le tiene como el propulsor del centro docente hacia horizontes de modernidad, lo que le ha valido la consideración en esta comunidad de apóstol de la educación. Fue profesor del mismo durante toda su estadía en San Cristóbal y ocupó la dirección dos veces: de 1976 a 1981 y de 1982 a 1983. Aguerri Nació el 17 de octubre de 1943 en llamado Cabanillas, perteneciente a la provincia de Navarra España, que está dedicado principalmente a la agricultura.