Hoy 
En un capítulo reciente de la tragicomedia latinoamericana, los ojos del observatorio internacional, fijan su mirada en el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, y su infeliz papel al frente del organismo.
El organismo regional que preside, ha perdido toda su vocación fiscalizadora de los procesos democráticos de sus países miembros. La OEA ha caído en su nivel de credibilidad más bajo en los últimos 30 años.
Insulza está más empeñado en su afán reeleccionista al frente del organismo, que en atender con ojo crítico los graves problemas regionales. Dónde estaba la OEA, cuando destituyeron ilegalmente al presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez, o cúando por presiones políticas en un verdadero golpe de estado institucional, se destituyeron ilegalmente a 56 diputados en el congreso de Ecuador, ¡oh! cuándo Hugo Chávez en Venezuela, persiguió a todos los líderes opositores, y llegó incluso hasta a congelar las partidas presupuestarias de los gobiernos locales ganados por sus contrarios.
Dónde estaban Insulza y la OEA, cuando cerraron canales de televisión y revertieron las frecuencias de más de 200 emisoras de radio consideradas no amigas del régimen de Chávez.
Dónde estaban Insulza y su OEA, cuando gobiernos y presidentes en reelección le pusieron mordazas a la publicidad de sus opositores en plenas campañas electorales, mientras estos usaban antojadizamente todo el aparato del estado en su provecho y beneficios electorales.
La OEA bajo la administración de Insulza, les han fallado a Ecuador, Venezuela, Haití, Bolivia, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Colombia y México.
Nunca antes el preciado bien de la libertad de expresión había estado tan en peligro como en los últimos años en América Latina, y dónde estaba la OEA.
En los últimos 6 años han ocurrido las elecciones más fraudulentas de toda la historia hispanoamericana, sin que un solo informe de la OEA, haga siquiera un simple llamado de atención ente estos graves hechos.
Es hora de tomar medidas, el mundo libre latinoamericano no puede estar a meced de un empleado del ALBA, como el señor Insulza. Líderes como Oscar Arias, Leonel Fernández y Luis Ignacio Lula da Silva, deben convocar urgente a una reunión hemisférica para determinar un nuevo rumbo para el continente, y escoger nuevas autoridades al frente de la OEA.
