José Núñez de Cáceres: 187 años después

José Núñez de Cáceres: 187 años después

En determinadas coyunturas históricas, habría que hacer un ejercicio de introspección sobre el origen y fuente de las grandes decisiones, que contribuyeron a la definición de nuestra nacionalidad.  De los hombres que como centro de gravedad de esas decisiones respondieron a las circunstancias de su tiempo. 

Y tal es el caso de José Núñez de Cáceres, padre de nuestra primera Independencia, cuando nos separó de España, aquel 1ro. de diciembre de 1821, hacen ahora 187 años.  Parecería que su memoria se ha borrado, olvidándose de su titánica decisión por forjar el acero de nuestra nacionalidad, cerrando el capítulo de 300 años de dominación de España, después del episodio de nuestra cesión a Francia en 1795.

Doctor en Derecho, abogado, catedrático en nuestra Universidad, José Núñez de Cáceres tuvo que salir al exilio, después de 1795, hacia Cuba, vía Haití, donde desempeñó en La Habana la posición de Teniente Gobernador y Asesor General del Gobierno, retornando al país en 1810 con el mismo cargo.  Enfrentando el abandono en que España tenía a Santo Domingo, llegó a ocupar provisionalmente la Jefatura Superior del Gobierno, reclamándole a España que la derrota a los franceses fue con la sangre y el sudor de los nativos. Fue Núñez de Cáceres quien consiguió la reinstalación de la Universidad de Santo Domingo, en 1815, abriéndole las puertas a la juventud de la época, siendo luego honrado con la posición de Rector de la misma, consciente del rol que jugaría esa juventud en el futuro.

Ese fue el hombre que imbuido de las ideas de la emancipación de América, del colonialismo español, impulsó desde marzo de 1821 una oposición contra el imperio español en Santo Domingo. Que para enfrentar las amenazas de invasión de Francia o Haití redactó de su puño y letra los documentos que llevarían al pueblo dominicano a ser un pueblo libre y soberano, el 1ro. de diciembre de 1821 estableciéndose en el Acta Constitutiva negociar un Acuerdo con la República de Colombia, en base a un Estado Confederado.  Pero no pudo llegar el prometido apoyo de Bolívar, aún cuando la bandera de Colombia ondeó en nuestros edificios públicos.  El 1ro. de diciembre de 1821 abonó la libertad que germinaría el 27 de febrero de 1844.

La epopeya que detonó José Núñez de Cáceres diciéndole a América y al mundo el 1ro. de diciembre de 1821 que el país era libre y soberano, duró 61 días, basada en la premisa de que como pueblo teníamos una identidad nacional, un territorio, una población y un destino común como nación.

El 9 de febrero de 1821 cayó el telón, cuando Jean Pierre Boyer con su ejército ocupó a la ciudad primada de América, Santo Domingo de Guzmán, ocasión en que el padre de nuestra Independencia Efímera, José Núñez de Cáceres, se levanta como un titán y pronuncia frente a Boyer, en la ceremonia de entrega de las llaves de la ciudad, un discurso en el que le enrostró  a Boyer, en idioma castellano, que no era más que un usurpador y las razones por las que los dominicanos rechazaban su ocupación.  Rechazando asimismo, empleos y posiciones al Gobierno de Haití.  La profecía de Núñez de Cáceres se cumplió el 27 de febrero de 1844. 

Al salir al exilio Núñez de Cáceres, antes de abordar el barco, sentenció “si queréis ser felices, resolveos a ser americanos”, es decir libérense de los yugos del colonialismo.  Se fue a Venezuela, donde permaneció cinco años, dejando familiares y luego en 1827 a México a ciudad Victoria, capital del Estado de Tamaulipas, donde quedan veinte descendientes suyos al día de hoy. Fue declarado en 1833, como ciudadano benemérito por eminentes servicios suyos al Estado de Tamaulipas y a la Federación, ya que ocupó las funciones de Fiscal de la Corte Suprema, Senador Honorífico y Tesorero de la Hacienda Pública.

El 3 de agosto de 1943, los restos del prócer, Padre de nuestra primera Independencia, José Núñez de Cáceres, fueron traídos al suelo patrio desde México.

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