José R. Martínez Burgos – Lo que esperamos de las elecciones del 2004

José R. Martínez Burgos – Lo que esperamos de las elecciones del 2004

¿Q¿Qué es lo que preocupa a ti, dominicano, y a tu familia? El resultado futuro de las próximas elecciones por las cuales estás inconscientemente interesado como en todas las anteriores, porque estás más capacitado que antes para pensar en el porvenir de nuestro país, porque puedes descifrar con mayor capacidad cuál de las ofertas de los partidos es la mejor, porque, además, estás más interesado que nunca que se inicie el proceso de la transición hacia una democracia más participativa a partir del 16 de mayo del 2004, pues aspiramos iniciar una historia completamente nueva, donde el pueblo tenga la oportunidad de crearse una verdadera conciencia política, que sus pasos sean dirigidos hacia la madurez, que nuevas esperanzas, no ilusiones, puedan sentar las bases firmes, estructuralmente sólidas que den a nuestra nación la modernidad de sus instituciones, tantas veces anheladas.

La sociedad está añorando, reclamando cambios profundos y avances desde 1844. Tiene sed de igualdad, justicia, salud, educación, trabajo, seguridad de poder comer todos los días, estabilidad, vejez protegida adecuadamente. No quiere tragedias ni más drogas, no más poder y sexo, no más robos y acechos, guerra al miedo, constancia en las promesas, no más desesperación y ansiedad. Es preciso un giro social, una política de progreso y desarrollo equilibrados, que exista una oposición capaz de aconsejar al gobierno como debiera orientar sus próximos cuatro años.

Requerimos un programa de gobierno que contenga promesas realizables, que lleven la tranquilidad a la juventud, a las madres y esposas, a los desocupados, subsidios decentes a los jubilados y pensionados, una ley que sea debidamente cumplida de Protección de la Salud y Trabajo, con derecho a pensión tanto para los trabajadores públicos como a los del sector privado ¿Acaso, son suficientes las promesas de los partidos para calmar al pueblo? Hoy, la abstención en las próximas elecciones, podría resultar catastrófica. Podríamos llegar a tener un gobierno de minorías con mayorías insatisfechas, o sea, el paso seguro de una dictadura y sería ésto muy peligroso para la democracia.

Es necesario que a partir del 2004, se abierta una etapa con mejores expectativas, mediante las cuales podamos lograr un compromiso social, entre gobierno, empresarios, sindicatos y partidos políticos, que permita una vida en paz, con progreso y desarrollo. Este concierto nos llevaría a un sistema de vida que nos permitirá obtener una sociedad moderna y civilizada, donde la educación obligatoria y gratuita, por lo menos hasta el bachillerato, estaría segura para la juventud hasta los 16 o 18 años, también la salud estaría segura para toda la población y podría además crearse dentro de este concierto nacional una oficina de control del gasto presupuestario para fiscalizar al Gobierno, medidas que tendrían como propósito el control real de todas las actuaciones del gobierno central, de los municipios y de las cámaras legislativas.

Necesitamos enderezar el sendero languidesciente de nuestro Congreso, eligiendo en el futuro Diputados y Senadores capacitados, capaces de ventilar con valentía, honestidad y espíritu de sacrificio lo más valioso de los problemas nacionales, que los Legisladores del gobierno o de la oposición no vayan a remolque de las iniciativas del Ejecutivo de la Nación, es necesario, pues, que contemos con hombres comprometidos con la recuperación total del libre juego de las ideas democráticas y de nuestras instituciones.

Necesitamos cambiar, para ello, requerimos de desprendimiento a sabiendas que debemos pagar su precio, que bien vale la pena, aún cuando signifique pérdida de cierto tipo de seguridad. Ya no nos queda más remedio, que arrancar hacia el camino seguro de transformar el país, para lo cual el sacrificio es fundamental. Ha llegado la hora de hacer nuevas políticas, frente al deseo del país de cambios profundos que sean dirigidos hacia la obtención de una nueva vida mejor, para el dominicano de todos los segmentos de la sociedad.

Se requiere estabilidad social y económica, salud y educación, moralidad y trabajo. Si no se obtiene ésto y todo cuanto hemos señalado en estas cuartillas como resultado de las urnas, el gobierno que surja de las mismas «se les va a ver y desear con estos nuevos aires que denotan deseos de cambios en una parte importante del electorado» porque la época de la violencia, las persecuciones, de los asesinatos, de los encierros en cárceles o manicomios o de confinamientos, quedó clausurada el 30 de mayo del 1961, como también ha concluido el temor al comunismo, que ha empezado a ser una reliquia la cual parecía que sería eterno y ya está agotado. La hora presente nos muestra que las ideologías, que parecían sustituir las religiones, están siendo suplantadas para la ciencia, ahora lo que cuenta es el deseo de desarrollo, que seamos más felices, porque el hombre de siempre como mejor se ha divertido es pensando como mejora su vida, su familia y su sociedad, por tanto, busquemos que la victoria electoral próxima quede en manos que no busquen el poder para satisfacer sus míseros goces de vanidad y de vida ligera.

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