José R. Martínez Burgos – Los idus de mayo

José R. Martínez Burgos – Los idus de mayo

Sabemos que en el antiguo cómputo romano y en el eclesiástico, el 15 de marzo/ el 15 de mayo / el 15 de julio y octubre se observaba en estos días referidos para la apertura del senado y el 15 de marzo, César fue asesinado y rematado por su hijo Bruto y su exclamación fue: «Tú también, hijo mío?»

Esta muerte como la de Alejandro Magno, había interrumpido a casi medio camino la conquista de un imperio que se extendería hasta la India y el Atlántico y el asesinato de Julio César, como aquél, detuvo la conquista que hubiera llevado las fronteras de Roma hasta la China y la India. Ese era tiempo de grandes hombres, fueron entonces las calamidades las que azotaron el mundo y Antonio, ni Octavio, ni la intervención de Cicerón, salvador a Roma, llegó la decadencia del imperio romano y con ella la improvisación.

Ese mismo panorama, hoy en pleno siglo XXI, vive nuestra República, los Idus de Mayo, no el 15, pero si el 16, presagia tormentas en el horizonte dominicano. Aquí ha hecho falta un hombre de la talla del Presidente español José María Aznar, quien se ha marchado a casa y se ha guardado de los Idus de marzo, en el apogeo de su poder y sus logros, tal vez alguien no se explique esta actitud, lo corriente es que los políticos se agarren a la silla de alfileres y no hay quien los haga desistir de sus ambiciones.

En nuestro país los aspirantes y sobre todo el Presidente Hipólito Mejía no ha encontrado quién le diga como a César, camino del Senado: «Guárdate de los Idus de marzo», cuando fue asesinado.

Pero, por hoy, eso no importa, el 16 de mayo las urnas le dirán a Hipólito la nueva. Quien se ha guardado de los Idus de Mayo es Hatuey.

Por suerte estos idus de marzo y de mayo no van a traer ningún asesinato, ni en el senado, ni en los diputados, ni el la JCE, pero sí disfrutamos de elegir otras formas de conducir el país. El acuchillamiento del perdedor vendrá luego, quizás en privado de sus compañeros, pero será incruento y no menos doloroso. Los idus de Mayo traerán sorpresas, penurias y sufrimientos. La historia nos dará lecciones que si no la aprendemos, nos impone sus razones. Siempre he sostenido en esta columna que los políticos que no conocen la Historia, cometen los peores errores y producen los desastres más grandes y luego tienen que tragarse sus rencores.

Con tantos peligros acumulados sobre el Estado Dominicano, con una deuda casi imposible de pagar, se necesita mucho coraje y ambición para aspirar la Presidencia de la República en estos momentos, a menos que se posean las condiciones necesarias y suficientes para salvar el caos y la ignominia de la nación. ¡Qué Dios nos proteja!

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