CINCINNATI.- En sus tiempos de lanzador, José Rijo se paraba en el montículo, ajustaba su gorra y oraba. Luego, señalaba al center field y ahí estaba Eric Davis. Ambos fueron figuras claves para que Cincinnati se coronara campeón en 1990. Ayer, los dos fueron honrados por su viejo equipo. En esa Serie Mundial de 1990, Rijo fue el Más Valioso y Davis dio un jonrón de dos carreras en el primer juego que fue muy motivador.

Ayer los dos volvieron hacer algo juntos. Ingresaron al Salón de la Fama de Cincinnati. También Harry y George Wright, dos leyendas del pasado.

«Hoy es un día especial», dijo Rijo.

En una pantalla gigante se recordaron esos emocionantes momentos de 1990 y ambos jugadores fueron honrados en el terrero de juego.

Cincinnati sólo ha estado en los playoffs una vez desde 1990 y llevan cuatro temporadas perdedoras por primera vez desde 1950.

Davis y Rijo maravillaron y piensan que los tiempos han cambiado. En el pasado, cuando estaba Marge Schott, las cosas eran diferentes.

«Antes había 25 jugadores que creían en sí mismo y les importaba ganar», dijo Rijo.

Y agregó: «No había celos por el éxito de nadie, era un equipo».

Davis fue dos veces «Regreso del Año» de la Liga Nacional después de batallar con una hernia discal que lo obligó a retirarse.

De su lado, Rijo fue operado varias veces del codo y siempre mantuvo el amor por el juego y por ayudar a los Rojos de Cincinnati.

«Ganar el Más Valioso de la Serie Mundial de 1990 fue fácil, era joven y tenía todas mis energías», comentó Rijo. «Mucha gente creía en mí», agregó.

Davis y Rijo llegan al Salón de la Fama de Cincinnati por los votos de los fanáticos, algo que tiene más valor y reconoce sus carreras.

«Eso muestra que los fanáticos aprecian la forma que jugamos», dijo Davis. «Eso nos hace sentir más felices», agregó Rijo.

En el caso de Rijo, fue aclamado por los fanáticos por el coraje de regresar a las Grandes Ligas cuando se creía que era imposible.