José Saramago
“No me preocupa la muerte…”

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José Saramago, el Premio Nobel de Literatura que hizo del compromiso político un estilo de vida, falleció ayer a  los 87 años, en Lanzarote, una isla del archipiélago canario (España).

Adiós a un grande
El escritor portugués,  Premio Nobel de Literatura en 1998, quien murió ayer, dejó  una extensa obra caracteriza por personajes plenos de dignidad. Su brillante y comprometida creación comenzó con “Tierra de pecado” (1947) y acabó en “Caín” (2009) 

EFE- Reportajes. Siempre digo lo que pienso en cada momento, si a la gente le gusta, pues muy bien, y si no le gusta, pues encantado”, explicaba en una entrevista a EFE-Reportajes en octubre de 2005 el escritor portugués, fallecido ayer a  los 87 años de edad, en Lanzarote, una isla del archipiélago canario (España), donde residía desde 1993 con su actual esposa, la periodista y traductora Pilar del Río.

La sencillez y humildad fueron unas constantes en la vida de José Saramago, el hombre que se dedicó a la literatura porque no le gustaba el mundo que le tocó vivir.

 Nacido el 16 de noviembre de 1922 en Azinhaga, una aldea de Ribatejo (Portugal), José de Sousa, su auténtico nombre, fue más conocido por el apodo de su familia paterna, Saramago.

“No sé de dónde venía pero en los pueblos era muy común tener un apodo. ‘Saramago’ era un apodo desde no sé cuándo. Cuando mi padre fue a inscribir mi nacimiento, el funcionario le preguntó cómo se iba a llamar el niño y mi padre contestó: `se llamará como su padre´”,explicaba el escritor en 2005 a EFE-Reportajes.

Agregó que el funcionario añadió Saramago a José de Sousa sin que su  padre se diera cuenta.

Trasladado a Lisboa a los dos años, tuvo que abandonar la enseñanza secundaria al terminar el primer curso ante la falta de medios económicos de sus progenitores, aunque no dejó su gran pasión: los libros. Una biblioteca de Lisboa fue el escenario donde el joven Saramago se encontró con el mundo literario del que más tarde fue uno de sus grandes creadores.

“Aquí leí desde los 17 años, trabajaba por el día y de noche venía aquí,  puedo decir que mi formación literaria se fraguó así”.  

La conversión en escritor.  Nadie podría imaginar lo que vendría después, un cerrajero industrial convertido en literato de éxito. El escritor estrenó su trabajo literario con “Tierra de pecado”, en 1947, aunque no llegó al gran público hasta los años ochenta, cuando salieron de su puño “Alzado del suelo” (1980), “Memorial del convento” (1982), “El año de la muerte de Ricardo Reis” (1984), “La balsa de piedra” (1986) e “Historia del cerco de Lisboa” (1989).

La publicación del “Ensayo sobre la ceguera” (1995) fue la primera entrega de una triunfal trilogía sobre la identidad del individuo, que completó con “Todos los nombres” (1998) y “Ensayo sobre la lucidez” (2004).

Temática.  La obra literaria de José Saramago estuvo centrada en reflexiones sobre alguno de los principales problemas del ser humano. Un reflejo de su personalidad. “Yo tengo un temperamento melancólico, no tengo la risa fácil, de mí no se oye una carcajada”.

En 1998, llegó uno de sus grandes momentos al ser reconocido con el Premio Nobel de Literatura por haber creado una obra en la que “mediante parábolas sustentadas con imaginación, compasión e ironía, nos permite continuamente captar una realidad fugitiva”, dijo la academia sueca.

“Recuerdo que me sentí con una sensación de soledad total. Pensé que `bueno, tengo el Premio Nobel´, pero inmediatamente me pregunté: ¿y qué? Yo sabía que iba a significar mucho pero era como si me diera cuenta de que estaba en un pequeño planeta, de un pequeño sistema solar,  en una de las galaxias más pequeñas del universo. Pero eso no significa que no estuviera feliz”, aseguró.

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