Josefa Castillo

Josefa Castillo

JUAN TERRERO PÉREZ

Su pecado fue admitir aumentó nómina para favorecer seguidores

No conocemos face to face a la superintendenta de Seguros, señora Josefa Castillo, pero por lo que dijo y como lo dijo al participar recientemente en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, nos hace escribir estas líneas laudatorias a lo no acostumbramos, y los lectores lo saben.

Josefa Castillo fue diputada por Boca Chica en cuatro periodos consecutivos, una proeza que solo lo logra una mujer como ella, de armas a tomar; una mujer que no fue a la Cámara de Diputados únicamente a levantar la mano, como se portan muchos colegas suyos.
En su comparecencia, la superintendenta de Seguros se atrevió a afirmar que había aumentado la nómina de la entidad de 22 a 26 millones de pesos, porque tenía que nombrar a su gente. No reparó en que esa declaración podía acarrearle que los francotiradores empezaran sus bombardeos.

Algunos han condenado con acritud la actitud de la señora Castillo, llegando hasta pedir llevarla al paredón. Nosotros valoramos la forma de esa dirigente política, preocupada por sus seguidores, cuando afirmó que dejó su diputación para desde un cargo público buscar colocaciones a sus colaboradores. Tremenda preocupación. Lo único malo fue decirlo, ya que en política no se dicen todas las decisiones tomadas.

Sin embargo, la perfección solo está en Dios, pero para los cientos de personas que han resultado beneficiados con las acciones de doña Josefa Castillo, la funcionaria es su diosa.
Nosotros entendemos que si la mitad de los ministros y directores generales que acompañan al presidente Luis Abinader fuesen como Josefa Castillo, este Gobierno no tuviera las críticas que acarrea de su misma gente. Esperemos que otros funcionarios acojan el ejemplo de la Superintendencia de Seguros, y presten atenciones a los dirigentes medios y militantes del PRM.

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