Lian Tao, una adolescente de Taiwan, nunca imaginó que unas simples lentillas fueran tan peligrosas. El problema fue cuando tras no quitárselas durante seis meses en la propia lente se creó una sustancia que invadió la córnea y provocó una fuerte infección. ¿El resultado? perdidió la visión del ojo izquierdo.

Los médicos señalaron que la joven no atendió a «las condiciones de higiene necesarias». Además, aprovecharon para recordar que no se deben usar durante más de ocho horas al día. La propia Kao las utilizaba hasta para ir a la piscina.

“Todo el mundo que tiene y usa lentillas sabe de la delicadeza de estas. Es muy importante la higiene y el descanso del propio ojo durante unas horas”, expresaron los especialistas, de acuerdo a una publicación de la página “que”.

En la lentilla, según afirmaron los expertos del hospital donde la atendieron, se formó una bacteria muy infecciosa- denominada ameba- y que penetra en la córnea provocando una grave dolencia denominada queratitis.