Joven que profanó catedral Altagracia tuvo brote psicótico

Joven que profanó catedral Altagracia tuvo brote psicótico

La inconformidad consigo mismo, disturbios emocionales y delirios con matices religiosos generados por el fanatismo  provocaron en el joven adventista Jorge de la Rosa Caraballo un brote sicótico que lo llevó a profanar el altar de la Basílica de Higüey, alegando que era un general de Dios.

Esa es la conclusión del psicólogo adventista Lino Salcedo al referirse al hombre de 24 años, que tras destruir parte del mobiliario de la casa de la Virgen de la Altagracia, fue enviado por tres meses  al Centro de Rehabilitación y Corrección de Anamuya, como medida de coerción.

El terapeuta familiar explica que “Jorgito” puede sufrir de un nivel de trastorno mental que rebasa la orientación normal, es decir, que hace un corte con la realidad, a consecuencia de una desviación y de la perturbación emocional.

Salcedo advierte que el fanatismo hace su aporte en este tipo de conductas, pues hay una especie de delirio con matices religiosos debido a que el joven pudo leer en la biblia algo que terminó mal interpretando y, tras creer que tenía la verdad, aumenta su nivel de psicosis y alucinación.

“Los adventistas respetan la religión, por supuesto, tienen su creencia y sus interpretaciones proféticas, es decir, cómo yo analizo la Biblia, por ejemplo, Apocalipsis habla de la bestia y yo puedo pensar que la bestia es el Papa; esas son interpretaciones que le da la gente, pero en general son respetuosos y defienden la libertad de creencia y de conciencia”, añade.

Además, puntualiza que acciones como la de Jorge son producto de un patrón familiar psicorrígido donde existe intolerancia a los demás cultos. “A veces los padres influenciamos negativamente en los hijos al inculcarles una creencia”.

Ayunos.  El   fundador del Centro de Intervención Familiar concuerda con Jorge de la Rosa, padre del joven, en  que los ayunos  pudieron transformarle  la química cerebral y generarle déficits  que acentuaron  el brote sicótico.

Exhorta que Jorge reciba  seguimiento psiquiátrico    para administrarle antisicóticos, ansiolíticos y antidepresivos,  estabilizarlo y luego  darle psicoterapia para poder ayudarlo.

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