SALADILLOS, Barahona.– Paula Féliz cumple 25 años el día 30 y espera con ansias un regalo. Tiene los dos riñones dañados y confía en que un alma piadosa la ayudará a extender su vida y a celebrar muchos onomásticos más junto a su hija, donándole por lo menos uno de esos órganos.
Pero esa donación no solo prolongará la vida de esta mujer, cuya familia vive en serias precariedades económicas, también traerá la paz y la alegría a su abatido hogar.
Piden solidaridad al Despacho de la primera Dama, a la vicepresidenta, Margarita Cedeño, y a cualquier entidad del Gobierno, o privada, nacional e internacional que tenga la voluntad y el deseo de salvar una vida.
Pese a todas las vicisitudes que afronta, esta valiente joven batalla cada día para seguir a flote.
Sus esperanzas de vivir están limitadas por sus dos riñones deficientes, situación que la obliga a dializarse dos veces a la semana, proceso que la mantiene postrada.
Su madre, Luisa María Féliz, sufre impotente la falta de recursos, no solo que le permitan mantener la diálisis de su hija, sino costear los medicamentos, alimentación y transporte al centro en el que debe dializarse. Tal es su estado.
Por la distancia entre esa empobrecida comunidad rural y el Gran Santo Domingo, agravada por la mala condición vial, temen pueda suceder lo peor en un momento de crisis.
Como señala la madre, cuando la joven hace crisis es difícil trasladarla a un hospital, por lo que esperan que la donación llegue pronto y que pueda tener en principio si no los dos, al menos un riñón que mejore su calidad de vida.