Jóvenes contra Trump; sus protestas impiden un acto de promoción del carbón

Jóvenes contra Trump; sus protestas impiden un acto de promoción del carbón

Alemania. El primer acto con el que la Administración estadounidense de Donald Trump debutaba en una cumbre del clima fue boicoteado hoy por decenas de jóvenes en Bonn, que se opusieron a su celebración con cánticos de “déjenlos bajo tierra”, en referencia a los combustibles fósiles.

El único evento oficial de la delegación estadounidense en la COP23, que se celebra en Bonn hasta el 17 de noviembre, pretendía promover “el acceso universal a los combustibles fósiles y a la energía nuclear” e incluía a oradores como los ejecutivos de Peabody Energy (multinacional del carbón), NuScale Power (de ingeniería nuclear) o Tellurian, un exportador de gas natural licuado.

Dos horas antes del inicio del acto -programado a las 18.30 hora local (17.300 GMT)- había una cola de más de un kilómetro a las puertas de la sala donde iba a tener lugar, y se produjeron acaloradas disputas entre los ponentes, mientras iban entrando, y la multitud de jóvenes que aguardaba para acceder al local, especialmente bien situados al lado de la puerta.

Al abrirse las puertas, fundamentalmente los jóvenes y un reducido de grupo de periodistas entraron en la sala, mientras que los activistas que no lograron entrar se sentaron frente a las puertas al grito de “Climate Justice Now, Keep it on the Ground» (Justicia climática ya, déjenlos -los combustibles fósiles- bajo tierra).

Sus gritos resonaron con fuerza en el interior, donde nada más empezar a hablar la primera ponente las decenas de jóvenes sentados en la sala se levantaron y entonaron, en perfecta coordinación, cánticos corales de “somos la juventud de América, y por nosotros y por el resto de jóvenes del mundo estamos aquí para decirles que dejen -los combustibles fósiles- bajo tierra».

A pesar de que el enviado especial de la Casa Blanca a la COP23, George Dave Banks, trató de interrumpirles con un sonoro micrófono clamando- “excelentes cánticos, les vamos a llevar a un karaoke después de esto”, nada impidió que los jóvenes bloquearan una de las dos horas del acto.

El evento continúo a duras penas entre las sonoras protestas que continuaban a sus puertas y sin más público que una decena de periodistas, ya que aunque los activistas que entraron acabaron expulsados, la entrada siguió bloqueada por los que protestaban sentados frente a la puerta.

Según contó a Efe una joven, los activistas se coordinaron por WhatsApp para que una mitad entraran al acto pasando desapercibidos y el resto se sentaran en la puerta, contactándose por esta aplicación para ejecutar la protesta a la vez.

Una vez pudieron continuar, los ponentes defendieron, con dificultad para ser escuchados, que los combustible fósiles y la energía nuclear son “vitales para elevar la calidad y la duración de la vida de las personas más pobres del mundo”, y que no hay argumentos que se sostengan para restringir su uso.

Entre los ponentes estaba el ex asesor energético del presidente Barack Obama, Amos Hochstein, actual alto ejecutivo de Tellurian, quien hizo un llamamiento a “ser realistas al hablar de reducción de emisiones, y admitir que el gas natural es necesario para sustituir al carbón en un proceso de descarbonización».

La ponente de Peaboy, Holly Krutka, habló del “carbón limpio”, refiriéndose a la captura de las emisiones que genera la quema de este combustible y que, hasta el momento, ha resultado demasiado costosa para ser viable comercialmente.

En declaraciones a Efe, la ex secretaria la convención de cambio climático de la ONU Christiana Figueres, opinó que la Administración Trump se equivoca de lugar para presentar un mensaje de apoyo al carbón, ya que la COP23 es una “cumbre destinada a descarbonizar la economía global».

“El carbón desempeño un papel en el desarrollo y se lo reconocemos, pero ha llegado el momento de jubilarle, también por el propio interés de la economía de Estados Unidos”, agregó Figueres, quien calificó este acto de “anécdota” en “un proceso imparable de transición hacía una economía baja en carbono que está en marcha».