Más de un 60% de los jóvenes y adolescentes dominicanos no están en la escuela ni trabajando. Las pocas opciones que tienen de acceso al empleo se encuentran en el sector informal y las redes delictivas, dentro de ellas el microtráfico, afirma la antropóloga social Tahira Vargas.
La experta explica que las redes delictivas que permean las barriadas marginadas se extienden y amplían bajo el amparo de los organismos de seguridad, como la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y la Policía Nacional (PN), que se lucran de esos negocios ilícitos.
Precisa que las cuotas y peajes que se les pagan a los policías van en incremento. El negocio de microtráfico tiene un organigrama que vincula tanto clase alta como a clase baja, dijo.