Cinco organizaciones de las que participaron en las manifestaciones de la Plaza de la Bandera en febrero pasado expresaron que, aunque ese espacio ahora esté vacío y sin su presencia, sus reclamos siguen vigentes para que haya transparencia en el ejercicio del voto, se den respuestas al fracaso de los comicios de febrero que fueron suspendidos por fallas técnicas y que se sancione a los responsables.
Las agrupaciones Creo En Ti RD Revoltiao, Somos Pueblo RD, Santiago Protesta, SFM Protesta y Gente Unida RD expresan a través de un comunicado que se sienten más alentados que nunca para continuar luchando por una democracia real y tangible.
“Aunque la Plaza parezca vacía, tomamos pasos firmes en nuestros espacios para lograr lo que desde febrero pedimos”.
A raíz de la suspensión de las elecciones municipales del 17 de febrero, por fallas técnicas en el voto automatizado, esos grupos motorizaron manifestaciones reclamando consecuencias para los responsables.
Las protestas pacíficas se extendieron por todo el país, lo que provocó una crisis política porque se puso en duda la legitimidad del proceso electoral.
Los suspendidos comicios se realizaron el pasado 15 de marzo en la modalidad de boletas, sin el voto automatizado.
Reclamo pendiente. “El reclamo aún es tarea pendiente porque la democracia no es solamente expresión, sino ejecución. Y la ejecución de la misma, tras las luchas libradas por nuestros antecesores, requieren la aplicación de las consecuencias establecidas en el contrato social bajo el cual coexistimos.
“Un Estado de Derecho sin el ejercicio de sus consecuencias, es una fuerza simplemente limitada, jamás ejercida y, por ende, nunca ordenada. Precisamente, la falta de orden fue lo que dio a lugar a muchas de las fallas de febrero: sea por omisión o imprevisión, hay un daño conculcado que, según los informes de la OEA y la Uniore, pudieron ser evitados con mayores niveles de control que incluso sobrepasan al departamento inculpado”, dicen los grupos.
Responsabilidades. En el documento expresan que, si realmente “la comunidad política y cívica conoció la encerrona y todavía divulga falacias” deben indicarse claramente, sin tapujos, quiénes son y cuáles son las falsedades dispersas.
En ese sentido los jóvenes plantean que la construcción democrática requiere “enfrentarnos con verdades incómodas y, en espacios institucionales, referirnos a lo que está mal y proceder a las correcciones de lugar”.
“Esto no debe verse limitado a un examen exhaustivo del árbitro electoral, sino que debe extenderse a las organizaciones protagonistas de los procesos electorales, quienes han generado innumerables agravios a nuestra debilidad institucional”, expresan.