Jóvenes usan la música para protestar contra la discriminación

Jóvenes usan la música para protestar contra la discriminación

Los jóvenes que hacen música urbana en los barrios marginados cargan con el estigma de que  promueven la delincuencia, el consumo de drogas, y el sexo precoz. Con ese mito quiere romper un grupo de raperos que aclara que su trabajo va en dirección contraria, que buscan fomentar valores y despertar conciencia social.

Ejemplo de esto son Edgar Willmore, Joel Capellán Feliz y Tomás Reynoso Zapata, que abrazaron la música urbana como  bandera para superarse y destacarse, consciente  de que el camino al éxito no es fácil, pero confiados en su trabajo, disciplina y fe. Son compositores y cantantes que quieren ser modelos a seguir. Willmore, (El Maniático Urbano), de 24 años, residente en La Yagüita de Los Jardines del Norte, explica que su apodo se debe a que tiene  manía por la música, ya que toca la batería, la trompeta, la tambora y güira y puede cantar cualquier género.

Define sus canciones de corte social, describe las realidades de los barrios marginados, sin caer en obscenidades, para dejar un mensaje positivo.“Piensan que todos los cantantes urbanos son delincuentes o analfabetos pero no es así, ya que una gran mayoría son bachilleres como yo o estudian en la universidad”, expresa. Narra que su carrera la ha mantenido por el apoyo de su familia, amigos y colaboradores, pero su mayor ingreso proviene de su labor como chiripero, porque no tiene un trabajo formal. Con más de dos lustros en  la música explica que pone su arte al servico del barrio.Tiene 56 temas y dos producciones de 12 temas.

 

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