La población joven en nuestra sociedad está entrampada en grandes muros que bloquean sus oportunidades y capacidades para el desarrollo humano.
Uno de estos muros es la violación permanente de sus derechos de expresión y ejercicio de libertad. El ejercicio autoritario de poder hacia la juventud en familias y escuelas se expresa en las restricciones a su recreación, su vestimenta y manejo de su cuerpo.
La sociedad se resiste a ceder cuotas de poder a la población joven y a que produzca cambios en las relaciones sociales y estilos de vida. La juventud tiene derecho en una sociedad democrática a ser y vivir en forma diferente sin que se le estigmatice ni discrimine como delincuente (uso de aretes, collares o trenzas) o como puta -cuero (vestimentas).
Otra violación a las libertades y derechos de los jóvenes es la práctica policial de redadas, apresamientos y asesinatos a quienes transitan o juegan domino frente a sus viviendas. Jóvenes de Guachupita viven cotidianamente esta situación. La policía no les permite sentarse en las escaleras de los edificios, manteniendo al barrio en terror y zozobra.
La población joven es la que se tira a la calle en las protestas.
Las protestas se convierten en una de las válvulas de escape ante la marginación y vulnerabilidad que sufre la juventud de los barrios. Las mujeres adultas también se están tirando a la calle a movilizarse en distintas comunidades.
En algunas protestas y movilizaciones sociales se han integrado jóvenes encapuchados cuya presencia se genera por el sistema represivo y de control social existente en los barrios. Según relatos, los encapuchados tienden a ser jóvenes del barrio que evitan ser identificados por temor a la represión y terror que desatan agentes policiales post-huelga.
La presencia de jóvenes encapuchados no desprestigia las movilizaciones sociales ni a sus convocantes ni los convierte en bandoleros. Este abordaje lo que busca es atemorizar la población para que no se concientice de sus derechos a la protesta.
Protestas de Los Haitises, logros de la movilización social.
No se ha logrado aún el retiro definitivo de la cementera y su amenaza contra Los Haitises. Hay que reconocer que el éxito de la suspensión de los trabajos se debe a la movilización social lidereada por grupos de jóvenes en contra de la cementera. Este movimiento es novedoso, en él se mezcla la movilización territorial con el uso del cyber espacio en la concientización sobre la problemática en los estratos medios.
La movilización social alrededor de Los Haitises fortalece el uso de la protesta y su aporte a la construcción de ciudadanía y de empoderamiento social.