Juan Bolívar, senador

Juan Bolívar, senador

Ante todo quiero expresar públicamente mi admiración y solidaridad personales al viejo amigo, colega periodista y catedrático universitario, licenciado Juan Bolívar Díaz. Confieso que me preocupé al enterarme del reciente accidente automovilístico en el que estuvo involucrado junto a su esposa, Ada Wiscovitch. Me alegra saber que ambos ya descansan, fuera de peligro, en su residencia tras haber superado la peligrosa circunstancia.

Pero las desventuras sirven para situarnos dentro del contexto de nuestra realidad, y tanto el homenaje que días antes del suceso recibiera Juan Bolívar de parte de una nutrida compactación de la sociedad civil, así como el propio incidente de la autopista Duarte, han servido para mostrar el profundo arraigo social y el aprecio colectivo que disfruta en la sociedad el destacado periodista de la prensa escrita y la televisión, miembro prominente del Grupo de Comunicaciones Corripio.

Creo que se trata de una espontánea medición de popularidad, pauta suficiente para que Juan Bolívar considere la posibilidad de lanzarse a una auspiciosa carrera política, que, por lo menos, podría   colocarlo con relativa facilidad en una curul del Senado de la República en las elecciones congresuales previstas para el 2016.

Con casi cinco décadas en el periodismo, Juan Bolívar es un vivo exponente de principios morales innegociables y de una incuestionable ética de trabajo, concomitante a su defensa radical de los postulados democráticos y de tutela de los derechos humanos. Su voz en el Congreso sería una especie de incordio para sus adversarios y una garantía valiosa para los sectores independientes de la sociedad civil, que combaten la corrupción política, pues tratan de adecentar la cosa pública en la República Dominicana.

Del periodismo han salido Jefes de Estado. Hay que pasar de la palabra a los hechos: Juan Bolívar, Senador.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas