Para la cultura hebrea el nombre tenía una vinculación profética con el futuro de las personas que lo portaban. De hay surge lo que en teología es conocido como onomástica teofórica, que en términos llanos hace referencia a los nombres en cuyo significado se incluyen definiciones vinculadas a la divinidad.
Hay otros nombres que aunque no son teofóricos, las personas designadas con ellos nos hacen recordar características propias de seres superiores al promedio de nuestra especie. Tal es el caso del profesor Juan Bosch. Y es que a 107 años de su nacimiento, su vida, enseñanzas y en general su legado, siguen siendo referentes de integridad personal, pública y privada.
Contrario a lo que algunos consideran, Juan Bosch más que un líder, fue un servidor que decidió echar a un lado la gloria humana e individualista hasta el punto de sacrificar la introspección del maestro literario que fue, cuya tendencia productiva en las letras le conducía sin temor a equivocaciones a un Premio Nobel de Literatura, todo a cambio de dedicarse a construir capital humano.
Es así que tan pronto asciende al poder después de su histórica victoria en 1962, inicia una gestión que de no haber sido interrumpida por la traición, la cobardía y la ignominia, nos habría evitado por lo menos medio siglo de atraso. Convencido de que el partido que él fundara en el exilio ya había cumplido su rol histórico, decide abandonarlo y fundar el partido de la Liberación Dominicana, con el propósito de completar la obra de los padres de la patria. A esta organización política don Juan llegó a describirla como su obra cumbre.
Por haber contado en esta tierra dominicana con una figura de las dimensiones del profesor Juan Bosch, debe agradecerse a la providencia divina más que con eventos, leyes y decretos que asignen su nombre a distintos destinos, con una firme decisión de reproducir su modelo de vida ejemplar. Evidentemente que los primeros llamados a tener a Bosch como paradigma deben ser aquellos que política e ideológicamente se amparan bajo la sombrilla de la obra del inolvidable profesor de La Vega.