Juan Bosch, político a su pesar, y una noche estimulante con Guillermo Piña Contreras

Juan Bosch, político a su pesar, y una noche estimulante con Guillermo Piña Contreras

El BanReservas edita libros que otros no. En una época en la que el libro parece un dinosaurio, es más que un aporte bibliográfico el que alguien los edite. Y no se trata de si digital o físico… se trata de que, en estos tiempos, necesitamos tiempo.
El miércoles pasado nos dimos cita para celebrar la puesta en circulación del libro del Embajador Guillermo Piña Contreras: Juan Bosch, político a su pesar y otros ensayos literarios y de poética. Y alrededor del libro, una noche estimulante.
Las palabras de Aníbal De Castro, situando históricamente el libro con elegante erudición, la memoria no es un asunto de libros de historia es un conectar con la idea de que existimos como país en un continuo que nos va definiendo. Es importante que esos narradores, esos que tienen la suerte de la memoria y la destreza con la palabra nos recuerden que somos más, mucho más, que lo efímero y lo mediocre.
El libro de Don Guillermo sirvió la noche, pero el aporte trasciende el momento. El libro es un gran aporte a la bibliografía dominicana al poner en manos del lector, curiosas y quizás desconocidas facetas de la vida y obra de autores dominicanos con gran claridad expositiva, riqueza argumental y crítica.
Muy particularmente interesante es la reflexión a la que lleva el ensayo que le da nombre al libro. ¿Don Juan estuvo obligado a ser un político? ¿Cómo resolvió el dilema de vocaciones entre continuar como el gran narrador que fue y el quehacer profesional y dedicado de ser político?
Ese dilema era tan obvio que antes lo trató Federico Henríquez Grateraux en La feria de las ideas, dónde decía que Don Juan era más artista que político. La diferencia entre de visión es que mientras aquel denostaba, aunque elegantemente, el quehacer político del profesor, Guillermo Piña propone un aspecto humano e interesante, Don Juan era político a su pesar, es decir cumpliendo un deber derivado de una reflexión ética.
El autor Guillermo Piña, muestra en el libro, que ese dilema nace del sufrimiento en carne propia de los desafueros de la tiranía de Trujillo, pero también Bosch se empieza a interesar por los asuntos políticos debido a las condiciones de miseria y oprobio en que malvivía el pueblo dominicano. En ambos casos, no es movido por la ambición, si no por la obligación de su propia conciencia.
Lo importante es ver al libro como esa oportunidad de pensarnos como país, más allá de lo inmanente y pasajero. Descubrir, en ese trabajo minucioso de armar conceptualmente el libro, las diversas oportunidades de construir una lectura propia. Eso de que en libro estén varios escritores, pero que empiece con Don Juan y termine con Pedro Henríquez Ureña, se me antoja un guiño, una sugerencia del autor.
¿Cuál? Además de descubrir que nuestra identidad está en la palabra, además de ver cómo nos vamos hilvanando en las obras y visiones de nuestros escritores, creo que el gran guiño de Guillermo Piña, lo sugerente es invitarnos a creer en la literatura, que es como decir, creer en lo más íntimo de nosotros mismos.

Más leídas