El rey emérito de España, Juan Carlos I, comunicó ayer, lunes, a su hijo el rey Felipe VI su decisión de vivir fuera de España ante las informaciones publicadas en las últimas semanas sobre sus presuntos negocios ocultos en Suiza, que amenazaban con deteriorar la imagen de la monarquía en el país.
Juan Carlos de Borbón, de 83 años, trasladó su “meditada decisión” a su hijo por carta, según informó la Casa Real española en un comunicado, en el que señala que el rey emérito lo ha hecho “con profundo sentimiento, pero con gran serenidad”, por la repercusión pública de “ciertos acontecimientos pasados” de su vida privada.
“He sido rey de España durante casi cuarenta años y durante todos ellos siempre he querido lo mejor para España y para la Corona”, asegura en la carta Juan Carlos I, quien a pesar de residir fuera del país seguirá perteneciendo a la Familia Real y mantendrá el título vitalicio que se le reconoció tras su abdicación en junio de 2014.
Con esta decisión el rey emérito pretende facilitar el ejercicio de las funciones de su sucesor- “Mi legado y mi propia dignidad como persona así lo exigen”, señala en la misiva.
Según el comunicado, el actual monarca ha transmitido a su padre “su sentido respeto y agradecimiento ante su decisión».
“El rey (Felipe VI) -reza el texto- desea remarcar la importancia histórica que representa el reinado de su padre, como legado y obra política e institucional de servicio a España y a la democracia; y al mismo tiempo quiere reafirmar los principios y valores sobre los que ésta se asienta, en el marco de nuestra Constitución y del resto del ordenamiento jurídico».
El anuncio de que Juan Carlos I se irá a vivir fuera de España culmina un período de deterioro de su imagen.