Juan Carlos Soñé dice que en el país no se ha hecho un verdadero cine

Juan Carlos Soñé dice que en el país no se ha hecho un verdadero cine

Por JOSELIN RODRÍGUEZ
“Aquí no se ha hecho cine, realmente”. De esa forma tan escueta y directa responde el joven cineasta Juan Carlos Soñé cuando se le cuestiona sobre la evolución del séptimo arte dominicano. “No entiendo cómo es que aquí se invierte tanto dinero. El cine es para culturizar, no para atrasar a la gente.

Si en los Estados Unidos o algunos de esos países que hacen cine ven algunas de las películas que aquí se han producido, van a creer que estamos en taparrabos y con lanzas. No creo que se deba hacer eso, no hay justificación para ello”, enfatizó el productor para ¡Alegría!

Contrario a lo que algunos alegan de que el cine dominicano está en una etapa de ingenuidad y de inicio,  Juan Carlos  dice que “los que están haciendo cine son unos ingenuos, porque para hacer cine se precisa contar con una buena historia que llegue a los sentimientos del público, un buen elenco, las locaciones adecuadas, recursos y buenos equipos”.

Soñé, egresado de Psicología y escritor de guiones desde los doce años, asegura que hay gente valiosa con los conocimientos necesarios para hacer cine. Es por esa razón que aboga por la separación entre el cine y la televisión.

“No es cualquier persona, que porque tenga 30 años haciendo disparates en la televisión, se le ocurre hacer una película. La televisión es la televisión y el cine es el cine. Los actores o son de cine o de televisión. No se debe mezclar una cosa con la otra”, enfatizó.

Con un dejo de amargura e impotencia, Juan Carlos  refiere que hay personas, a las que no identificó, que se dedican a serruchar el palo y no permiten que los jóvenes lleguen a los productores. 

“El problema es que aquí hay dos o tres que no te dejan llegar a los empresarios, que lo quieren acaparar todo para ellos. Aquí siempre está la misma gente haciendo lo mismo, no le dan la oportunidad de crecer a los jóvenes. Yo no estoy en contra de nadie, simplemente apelo al derecho que tenemos de sobresalir y ofrecer otras propuestas al público”.

Unión entre cineastas

Tras fustigar esa mala práctica, Juan Carlos apeló a la unión entre los cineastas a fin de que el cine criollo se supere y crezca.

 “A pesar de lo que he pasado en los últimos años, hay personas que pueden mal interpretar mis palabras. No quiero hacerle daño a nadie, pero creo que deberíamos unirnos para que nuestro cine marche bien. Sería importante que cualquiera de esos productores de televisión, que ahora están haciendo cine, que conocen mi trabajo y saben lo que puedo dar, me llamaran para apoyar mi proyecto”.

Denuncia que lamentablemente le han cerrado las puertas, poniéndole las cosas difíciles y sin razón.

“No quiero que me vean como un rosca izquierda, lo que sucede es que soy un tipo intenso como mis historias. Me han cerrado las puertas durante diez años y no he podido hablar con ningún inversionista”.

Sus películas

Juan Carlos habla con pasión de sus películas, las que define como propuestas muy intensas, por los temas que en ellas explora. Dice que las ideas le surgen y comienza a escribir. Ha escrito ocho largometrajes.

En un tono muy apasionado habla de sus más recientes proyectos: “Tu peor pesadilla” y “Se buscan vivos o muertos: basada en las crónicas del diario del comisario Brown”.

Desde enero de 2005 hasta febrero pasado, Juan Carlos estuvo muy ocupado con “Tu peor pesadilla”, filmada en el Salto de Baiguate, Jarabacoa, en la Zona Colonial y en una cueva que hay en el residencial José Contreras. En el filme actúan unas 57 personas. En ella fusiona el terror con el suspenso psicológico y el drama surrealista. Trata sobre un candidato político a quien un jefe de la mafia le ofrece dinero. Al no aceptar, el candidato tiene un problema y el mafioso ordena secuestrar a su hija, que se encuentra de excursión con un grupo de amigos.

Su segundo filme es el western “Se buscan vivos o muertos”. Es una historia en la que participarán 100 personas. Un grupo de hombres tendrá que enfrentar a su destino, sólo uno de ellos podrá quedar en pie. Es una historia surrealista, que inicia en el Condado  El Caimán y se basa en un pueblo de la nada, en el Suroeste de la isla. Las tierras fueron tomadas por un hombre apodado “El Caimán”, quien extorsiona a la gente. Del otro lado, está el comisario Brown, otrora pistolero, que se dedica a escribir todas las cosas en un diario.

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