POR NELLY RAMÍREZ
Su cálido saludo y amplia sonrisa al recibirnos nos dicen de inmediato que estamos frente a una persona de buen corazón y gran sensibilidad humana. Hablamos del especialista en Oftalmología, Juan F. Batlle Pichardo, a quien visitamos en su consultorio del Centro Láser, una de esas mañanas en las que debido a la gran cantidad de pacientes no puede ni siquiera saludar con el afecto que le caracteriza. Sin embargo, hizo un paréntesis para ésta entrevista que habíamos contactado previamente.
Este profesional de gran entrega, dedicación y vocación de servicio a los más necesitados, pertenece a la cuarta generación de una familia catalana que en el siglo pasado se radicó en nuestro país, específicamente en la provincia de Puerto Plata, República Dominicana.
Es el tercero de cuatro hermanos procreados por Oscar Rafael Batlle Morel, también oftalmólogo, con la señora Rosa Francia Pichardo, maestra de profesión.
De sus padres, oriundos de Santiago de los Caballeros, desde donde se trasladaron a la ciudad de Santo Domingo, dice haber heredado su humildad, sensibilidad y vocación de ayudar a los que menos tienen.
«Tanto mi vocación médica como la académica la heredo de mis padres, al igual que mi sensibilidad ante quienes necesitan ayuda. Durante 13 años ejercí la medicina junto a mi padre, pero él falleció hace tres años; de él aprendí mucho, cuando regresé de Estados Unidos graduado de la especialidad».
La procedencia española del oftalmólogo es por parte de sus bisabuelos, descendientes de los hermanos José y Cosme Batlle, quienes llegaron a Puerto Plata en 1860.
Juan F. Batlle Pichardo relata que Cosme se quedó en Puerto Plata y que José se radicó en Santiago de los Caballeros, donde nacieron sus progenitores. Pertenece a una familia de oftalmólogos, entre ellos tíos, sobrinos y hermanos e incluso sus hijos, los que ya han mostrado interés por esta rama de la medicina.
Cuando habla de su familia, una sonrisa refleja su orgullo, y al hablar de sus hijos destaca su brillantes. «Somos una familia integrada y muy alegre»., precisa.
«Nos gusta estar en contacto con la naturaleza, vamos mucho a Jarabacoa, allá hay unas casitas que eran de mis padres, a las que tradicionalmente voy desde niño. Allí montamos a caballo, jugamos ping pong, tenis y disfrutamos de una vida campestre. Vamos cada vez que podemos.»
También disfrutan de la playa, «todos los años vamos a vacacionar por lo menos durante dos semanas. Somos una familia muy integrada, feliz. Siempre tratamos de desayunar y comer juntos, para mantener la unión, puesto que hoy día, por la prisa que caracteriza al mundo, estas costumbres se van perdiendo».
Perfil
El doctor Juan F. Batlle nació en Santo Domingo en 1955.
Sus padres son Oscar Rafael Batlle Morel y Rosa Francia Pichardo.
Tiene cuatro hermanos: Oscar Rafael, Iván y Antonia (fallecida).
Desde hace 20 años está casado con Yolanda Logroño, con quien ha procreado tres hijos: Juan Francisco, de 21 años de edad; Alejandro Luis, de 19 y Nicole de 15 años.
Estudios
Los primarios y secundarios los realizó en el colegio Caroll Morgan. En 1972 viajó a Carolina del Norte, donde hizo la carrera de Pre Médica y de Medicina, graduándose Summa Cum Laude en la Duke University. En 1980 hizo la especialidad de Oftalmología en el Bascom Palmer Eye Institute de Miami, donde fue aceptado en el programa de Residencia en Oftalmología.
Es la escuela de oftalmología número uno de la Universidad de Miami, Estados Unidos, dirigida por el doctor Edward Norton.
Tiene subespecialidades en Neuroftalmología, Retina & Vitreo y Oftalmología Pediátrica, pero la cirugía de cataratas es su fuerte en la actualidad.
La especialidad de Retina & Vitreo trata a personas con diabetes, afecciones de la retina por desprendimiento, o enfermedades degenerativas. No obstante, como neuroftalmólogo trata a pacientes manifestaciones neurológicas en los ojos, tales como derrames cerebrales, tiroides y otras más, en tanto que como oftalmólogo pediatra trata a niños con problemas de estrabismo. «Todos los niños prematuros deben ser tratados en la Unidad de Cuidados Intensivos, para evitar que queden ciegos. Uno de cada niño prematuro queda ciego si no es tratado a tiempo», afirma el doctor Batlle.
Juan F. Batlle Pichardo, un hombre premiado por Dios
Es un especialista visual con más de 20 años de ejercicio profesional, en cuya trayectoria se ha dedicado básicamente a ayudar a los más necesitados.
Juan F. Batlle Pichardo es director fundador del Hospital Elías Santana (Los Americanos), ubicado en Los Alcarrizos, donde nuevos profesionales del área tienen la oportunidad de hacer sus residencias. Su inspiración por la medicina y la enseñanza la heredó de sus padres, afirma el oftalmólogo.
Terminó sus estudios médicos en 1985 en Miami, y desde entonces regresó al país a ejercer su carrera, y con un hermoso proyecto bajo sus mangas, el de establecer un centro de formación de residentes en Oftalmología, y donde pudiera ayudar a las personas de escasos recursos. «Ese deseo el Señor me lo concedió, y, desde entonces, iniciamos el Hospital Elías Santana, conocido popularmente como el Hospital de los Americanos, ubicado en el sector de Los Alcarrizos».
Dice que el propósito principal del Hospital Elías Santana es ayudar a personas pobres con problemas de visión y sin recursos para solucionarlos.
«Ese hospital nace luego de mi hermandad con William Hunter, doctor en Filosofía, pastor de iglesias y una persona muy cristiana, quien para entonces ya tenía15 años viviendo en el país, con un programa dedicado a ayudar a personas con problemas visuales, a los que regalaba lentes en misiones que realizaba en Santo Domingo y el interior del país. A él lo conocí en Miami y le expresé mi deseo de establecer un proyecto médico para atender a personas necesitadas, ya no sólo para ofrecer lentes recetados, sino para tratarles las enfermedades que tenían».
«Es así como nace éste centro de ayuda visual en el que hoy miles de personas encuentran solución a las enfermedades que requieren de cirugías. Esta hermandad de ayuda funciona de la siguiente manera, yo me encargo de todo lo académico, diagnósticos y operaciones, lo que tiene que ver con los médicos que brindan sus servicios en el mismo, y el doctor Hunter se encarga de la parte administrativa».
De éste hospital, gratuito, que cuenta con 21 profesionales del área, quienes regalan un día específico de la semana para atender de manera gratuita a personas de escasos recursos, el doctor Juan F. Batlle es el director médico y del Departamento de Oftalmología. En tanto, que sus servicios privados los ofrece en el Centro Láser, ubicado en la calle Fantino Falco # 3, esquina Ortega y Gasset. «Ésta es la parte privada de mi profesión. El Centro Láser, que es como se llama el edificio, se fundó en el 2001, pero el área de microcirugía, donde un grupo de colegas ofrecemos nuestra especialidad, existe desde 1985».
A lo largo de su profesión, el doctor Juan F. Batlle ha participado en alrededor de 100.000 cirugías visuales colectivas, unas 16.000 individuales.
Afirma el facultativo, que las cirugías de ojos han revolucionado significativamente en República Dominicana, lo que llena de satisfacción a los médicos dominicanos. «Cuando yo inicié mi carrera, si una persona tenía catarata u otras enfermedades de la vista, lo primero que se pensaba era a qué país tenía que ir para recibir las atenciones de lugar. Sin embargo, en la actualidad, con el nivel de sofisticación que tenemos, con equipos con la más alta tecnología mundial, ya no es necesario referir a nuestros pacientes fuera del país. Contamos con las mismas tecnologías que cualquier centro moderno de otro país. Este proceso fue lento, pero gracias a Dios lo logramos».
En el Centro Láser comparte los servicios visuales privados con 15 colegas más.
Proyectos nacionales futuros
Próximamente piensa establecer un programa de concienciación en el ámbito nacional para prevenir y curar la ceguera a aquellas personas que por diferentes causas no tienen acceso al oftalmólogo.
«En la actualidad en el país se está haciendo muy poco por esta causa, la mayoría de nuestras personas ciegas, ¿sabes de qué sufren? de catarata, lo que conlleva a un especialista sólo 10 minutos de cirugía. Es una cura fácil y rápida, pero muchas veces ni los mismos afectados saben que tienen esta enfermedad. Se tiene aún la idea de dejar madurar la enfermedad, como se acostumbraba antes. Sin embargo, hoy día la catarata se opera en una etapa temprana para evitar que el paciente quede ciego».
«Para cada una de las enfermedades de la vista existe una estrategia diferente a la que hay que someter al paciente para evitar la ceguera».
El presupuesto para este importante proyecto fue sometido al Congreso, y, de ser aprobado, las personas de escasos recursos con problemas visuales como la catarata y otras afecciones podrían ser operadas de manera gratuita.
Una cirugía de catarata en un centro privado cuesta alrededor de RD$30.000; en centros públicos, alrededor de RD$7.000, sin embargo, sería gratis de aprobarse el presupuesto propuesto por el Comité Nacional para la Prevención de la Ceguera, de la cual el doctor es presidente.
Juan F. Batlle es miembro del Club de Leones desde hace 15 años, y es asesor del área que tiene que ver con ceguera de ésta institución.
A través de los clubes de Leones y del Hospital Elías Santana ha realizado más de 6.000 operaciones de Catarata gratuitamente.
De aprobarse el proyecto de presupuesto en el Congreso, sería la primera vez que el Estado Dominicano entiende su responsabilidad para que la gente pobre reciba asistencia en ese sentido.
Exhorta a los congresistas a aprobar dicho presupuesto para el Comité de Prevención de Ceguera, al afirmar que según una encuesta realizada en el país, se detectó que hay 33.000 ciegos. «Nuestra reflexión para el Congreso es la siguiente: si tenemos 33.000 ciegos y se les da el salario mínimo mensual de 3.000, esto significa RD$99 millones multiplicados por 12, que serían RD$1.200 millones que cuestan los ciegos a la República Dominicana, lo que si aportamos un poquito más, aproximadamente un millón, se reduciría a mucho menos.
«La erradicación de la ceguera en el país sería la mejor contribución a la sociedad de parte del Gobierno. En los países desarrollados las personas adultas con catarata son operados por el Estado. Sin embargo, aquí para operar a un ancianito con este tipo de afecciones significa una cosa del otro mundo», concluye el oftalmólogo.