El presidente de la Federación Nacional de Transporte la Nueva Opción, Juan Hubieres, dijo que no sirve de nada que fiscales hagan un buen trabajo de investigación para que actos de sicariato tengan condena, si los jueces se venden.
Hubieres realizó estas declaraciones este martes en su cuenta de X (antes Twitter), luego del fallo emitido ayer por el Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, que declaró no culpable al sindicalista del transporte Arsenio Quevedo, quién era juzgado por supuestamente contratar sicarios para matar a cinco choferes en una disputa por el control de una ruta en el 2015.
«Con el sicariato contra los choferes se regalaron carros y dinero a los testigos que no han vuelto a declarar. Los jueces los saben», se quejó Hubieres.
El también dirigente choferial, dijo que un exdirector del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) se prestó para comprar los testigos del vil crimen ofreciéndoles visas para Puerto Rico, cuyos testigos jamás aparecieron.
Hubieres afirmó que en hechos de sicariato «sólo son condenados los trabajadores del crimen, que por lo general asesinan a personas que ni si quiera conocen, que no han tenido ningún problema con sus víctimas. Los sicarios intelectuales compran a testigos o los amenazan y los jueces son cómplices junto a padrinos políticos y militares».
Al mismo tiempo, tras el fallo, Hubieres aprovechó para recordar el asesinato vía sicariato de la joven Natasha Sing, señalando que quienes pagaron por su muerte nunca cayeron presos, igual que el caso de los choferes, porque tienen a militares retirados y presente, a políticos de pasados gobiernos y actuales y a jueces corrompidos.
«Si una patrona paga entre 5 y 8 millones para no ser condenada la impunidad se adueña y ni siquiera las vidas de los jueces y abogados corrompidos y sus familiares estarán seguros», señaló Hubieres.
Finalmente, condenó el hecho de que los homicidas recibieran 400 mil pesos para terminar con la vida de Suleika Flores, lo que terminó en un doble asesinato con la víctima, Natasha Sing, pero que los autores intelectuales gozaran de plena libertad. «Esos desalmados que cobran para asesinar a quién sea, pero quien pagó está en libertad. Asuntos pasionales fueron la causa», dijo Hubieres.
Se recuerda que Natasha Sing, y Suleika Flores, fueron brutalmente asesinadas en el año 2014 por varios disparos a manos de sicarios contratados por Sanhys Dotel Ramírez, de 43 años de edad, esposa del empresario Julio Cepeda Ureña, quien contactó a Francis Alexander Fermín González, que a su vez solicitó los servicios de sicariato a Jesús Manuel Mendoza Benítez (El Patrón), un deportado desde Martinica en febrero del año 2011, donde cumplió una condena por homicidio.
De acuerdo a los datos obtenidos por la Policía, la señora Dotel Ramírez mandó a matar a Suleika debido a que sostenía una relación sentimental con su marido, por lo que antes la habría mandado a cancelar de la empresa de su esposo, donde la hoy occisa se desempeñaba como empleada, sin embargo, también ultimaron a Natacha Sing «al ser confundida con su objetivo», según datos del órgano de la justicia.
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