Juan Isidro Jiménez Grullón, la prolífica vida de un humanista y político que combatió a Trujillo

Juan Isidro Jiménez Grullón, la prolífica vida de un humanista y político que combatió a Trujillo

En su actuación política activa, ocupó más de un cuarto de siglo de la historia dominicana. Combatió el régimen de Trujillo casi desde sus inicios. En 1934 participó en la conspiración del Centro de Recreo, de Santiago de los Caballeros, una de las primeras conjuras contra la incipiente dictadura. Tras más de un año en prisión prefirió el exilio antes que pasarse al Gobierno, que le ofrecía elevadas funciones públicas.

Desde Cuba, Puerto Rico, Estados Unidos, Venezuela, el doctor Juan Isidro Jimenes Grullón desarrolló una intensa campaña en contra de la tiranía no sólo expresada en sus libros de denuncia sino en la organización de la lucha armada. Estuvo entre los ideólogos de la frustrada expedición de Cayo Confites y en los preparativos del desembarco del catorce de junio de 1959. El Partido Revolucionario Dominicano surgió gracias a sus esfuerzos. Luego de ajusticiado Trujillo y vencidos los reiterados impedimentos de entrada al país impuestos por los remanentes del trujillato logró retornar a la República el siete de diciembre de 1961.

Juan José (León David) y doña Amada María Sabater Rosales (Cuca), su hijo y su viuda, respectivamente, ofrecen el testimonio de la prolífica vida de don Juan, el poeta, filósofo, médico, historiador, literato, humanista, que tan significativos aportes dejó a la posteridad en esas áreas.

Ya de regreso en Santo Domingo “se dedicó a la política activa en la Unión Cívica Nacional y luego creó su partido Alianza Social Demócrata. Participó en las primeras elecciones libres, que ganó Juan Bosch, y a partir de entonces mi padre abandonó la política militante”, se concentró en escribir, orientar, publicar artículos coyunturales en periódicos y revistas nacionales, refiere León David.

[b]Golpe contra Juan Bosch[/b]

Se le acusa, sin embargo, de haber participado en el Golpe de Estado contra el Gobierno de Juan Bosch, lo que desmienten doña Cuca y León, aunque admiten que el ilustre académico fue un crítico del mandatario. “Él no participó en el Golpe de Estado, no fue de los que conspiró, ni organizador ni instigador del golpe, mi padre se opuso a Juan Bosch públicamente, pero jamás participo para conspirar contra el gobierno de Juan Bosch”, significó el intelectual y crítico literario. Expresó que el error de su progenitor consistió en aceptar tomar parte en el gobierno formado por los golpistas, del que se retiró al mes por medio de una carta pública y de cuya actuación se hizo después una autocrítica que recogió en un libro. Jiménez Grullón, empero, no ocupó ningún puesto público, pero fueron colocados miembros de su partido en algunas secretarías de Estado. “Él combatió toda la vida a Bosch, pero no participó en la conjura”, reitera León David y agrega que la enemistad entre las dos figuras obedecía a razones puramente políticas.

Doña Cuca, dulce madre con gestos infantiles, tiene claros en sus recuerdos lúcidos los acontecimientos vividos en el hogar en los momentos inmediatamente posteriores al derrocamiento. Mario Read Vittini, narra, la despertó con una llamada telefónica solicitando al esposo dormido y después llegó a la casa junto a notables figuras de la época que habían sido llamadas por los militares. Don Juan, en principio, se negaba a aceptar participación en la naciente gestión, pero, convencido por argumentos de Viriato Fiallo, aceptó, refiere la viuda.

“Mi padre no era un político práctico, era un teórico, fundamentalmente, en ese aspecto. Tenía una serie de ideales pero no se daba cuenta que la gente que tenía ahí no los iba a poder realizar, y un político tiene que darse cuenta de esa realidad. No era práctico, a eso atribuyo los errores que cometió”, manifiesta León David, heredero de casi todos los atributos de su padre, incluyendo el parecido físico.

Doña Cuca carga voluminosos álbumes de fotos del esposo amado en el que conserva las poses de su lejana infancia en la zona colonial donde, entre otras casas, ocupó la del Cordón. Amarillentas, pero bien conservadas están imágenes de eximios antepasados de don Juan, entre los que hay ex presidentes de la República, revolucionarios, políticos, intelectuales. El recuerdo de Jimenes Grullón está también en los rincones de la casa que se mantiene intacta desde que la ocupó en 1961 y que ahora se está convirtiendo en Fundación que llevará su nombre. Ahí recibía a estudiantes, políticos, historiadores y amigos como Domingo Moreno Jiménez, su primo, Carlos Larrazábal Blanco, Leovigildo Cuello, Tito Cánepa, el doctor Dinzey Masón, Ramón y Frank Grullón, entre otros, y a Pedro Pablo Fadul, que fue como su hijo, su confidente.

[b]Don Juan Isidro[/b]

Nació en Santo Domingo el diecisiete de junio de 1903, hijo de Manuel Jimenes y Filomena Grullón. Después de interrumpir la carrera de Derecho fue enviado a La Sorbona, de París, donde se graduó de médico. Allí casó con la francesa Ivonne Julia. Al regresar se instaló en Santiago donde además del ejercicio profesional se dedicó a una intensa actividad cultura como presidente de la Sociedad Amantes de la Luz, a la que llevó conferencistas ilustrados, entre ellos, Pedro Henríquez Ureña.

En el exilio en Nueva York rompió su primer matrimonio. En 1944 casó con doña Amada María, a la que había conocido en 1941, en Manzanillo, Oriente cubano, en casa del poeta Manuel Navarro Luna. El destierro lo compartió con la lucha antitrujillista y la educación de sus hijos Maximiliano Arturo, María Margarita y Juan José. También fue profesor en las universidades de Mérida, Caracas, y en la de las Villas, de Santa Clara. Al mismo tiempo trabajaba como visitador a médicos. Ejerció la medicina en Puerto Rico.

Entre otras obras publicó: Una Getapo en América. Luchemos por nuestra América. La República Dominicana: análisis de su pasado y su presente. Ideas y doctrina política contemporánea. Seis poetas cubanos. Al margen de Ortega y Gasset (Crítica a La rebelión de las masas). Medicina y cultura. Antisábato o Ernesto Sábato, un escritor dominado por fantasmas. La filosofía de José Martí. La propaganda de Trujillo al desnudo. Nuestra falsa izquierda. La ideología revolucionaria de Juan Pablo Duarte: orígenes y manifestaciones. Sociología Política Dominicana 1844-1966. Biología dialéctica. La revolución socialista. John Bartlow Martín, un procónsul del imperio yanqui. En su juventud publicó un libro de poemas: Aguas de remanso.

Como padre y esposo era tierno, amoroso, cariñoso. Fue extrovertido, incapaz de ocultar nada. “Todo lo que pensaba y creía le salía, la gente se daba cuenta, por eso no podía ser un buen político, que tiene que poner una cara y pensar otra cosa, todo lo que él sentía lo transmitía”, dice León, quien admiraba la entrega de su padre a los valores morales, espirituales, el amor a su país, su conducta intachable, su sentido de nobleza y justicia. Por eso no fue abogado, comunica doña Cuca, porque entendía que el Derecho era la consagración de la injusticia.

Don Juan murió el diez de agosto de 1983. En 1997 fue designada con su nombre una calle del ensanche Alma Rosa.

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