POR NEMESIO MATEO MARTÍNEZ
Juan Lockward, el magnífico acuarelista musical que con su guitarra bohemia ha pintado en el pentagrama tantas alboradas, a la cual también le ha arrancado tantas melódicas notas acompañadas de versos que con alma de poeta le ha escrito al amor, a los ríos, paisajes y ciudades, hoy en la senectud y agobiado por el peso de los años, se encuentra desvalido en una precariedad deplorable en su humilde morada de la Albert Thomas 252.
Corresponde a la Secretaría de Estado de Cultura, fundaciones y ONGs que tanto dinero desperdician, ir en su auxilio, para que así queden fuera del alcance de la frase lapidaria de don Federico Henríquez y Carvajal: Oh América infeliz, que sólo sabes de tus grandes hombres cuando son tus grandes muertos.