San Juan. Puerto Rico. Dejando atrás esa timidez que el afamado cantautor dominicano Juan Luis Guerra siempre ha dicho que le caracteriza, con una sonrisa a flor de labios y una expresión de satisfacción, el artista reveló que su sueño de actuar en Japón ya es un hecho.
El 19 de septiembre iremos a ese mercado. En Japón haré lo necesario para ganarme esa plaza. Llevo anunciando que me interesa ese país hace dos años y por fin se dio, ya iremos. Es la primera oportunidad y si de algo estoy seguro es que nuestra música va a gustar allí, porque he visto la reacción de ellos cuando escuchan nuestra música, afirma.
Luego de esa presentación, Juan Luis seguirá con su Travesía por Francia y Suecia. Agregó que en este periplo se ha involucrado de lleno. A decir por sus palabras, el no cree que anteriormente haya trabajado tanto en un proyecto de esta envergadura.
Me involucré en todo. Desde la selección de las pantallas que lo hicimos durante casi tres meses con Tabaré Blachard, quien hizo un trabajo excelente en lo visual sonoro. Lo de las luces lo hicimos junto a un equipo de trabajo con Willy Cortez, José Amable, Alan Leshchor y Manolo Sorribas, lo que se ha traducido en la calidad de todos esos elementos.
La travesía sigue
El 20 de este mes el cantautor continuará la gira con presentaciones en España, otra plaza importante para él y donde estará hasta mediados de septiembre.
Como una forma de apoyar el talento joven, en estas presentaciones en Europa lo estará acompañando su compatriota Pavel Núñez.
Planes
Guerra es un artista que se preocupa por los problemas que acucian no sólo a la sociedad dominicana, sino a los demás países. Así lo demuestra en éxitos como El costo de la vida, Ojalá que llueva café y Visa para un sueño.
Estas son canciones que nunca quedan fuera de los conciertos, pues el público las disfruta a plenitud.
Es por esa razón que el intérprete de Me enamoro de ella no descarta que en el futuro pueda hacer una producción con temas sociales. Esas son las canciones que más le gustan al páblico. Creo que tenemos problemas vigentes en la República Dominicana, los cuales tienen un parecido a lo que sucede en otros países. Siempre hay un tiempo para solucionarlo y pienso que podemos poner un grano de arena para eso.
Juan Luis Guerra adelantó que a través de su fundación está a aportando a la sociedad, sobre todo a los niños, pues según explica, no se le puede dejar todo a los gobiernos, la gente tiene que aportar soluciones.
Otro proyecto importante que el artista no descarta es poder realizar un concierto parecido al que han hecho Juanes, Ricardo Montaner o la Fundación ALAS.
Yo hablé con ellos y el asunto es recaudar dinero para nuestra fundación. Todavía no hemos decidido donde se hará, pero ya lo hemos conversado con Juanes, Montaner y otros amigos que poseen fundaciones. Lo que se haga irá a la República Dominicana.
Zoom
Segundo concierto
Se repite la historia
El sábado, Juan Luis repitió la hazaña del viernes al lograr reunir otros 15 mil fanáticos en el mismo coliseo José Miguel Agrelot. La admiración que le tributan los puertorriqueños al cantautor dominicxano es tan grande que ha roto las barreras de la edad: niños, jóvenes y adultos disfrutan y siguen su música como si se tratase de un ritual.
La sola presencia de Juan Luis fue un aliciente para que el público se pusiera de pie y se moviera al son de lo que el artista les indicaba. Se pudo ver a un Juan Luis Guerra entregado y feliz, que ha superado la timidez para darse sin reserva y por entero a su gente. Con un variado menú, en el que combinó las canciones nuevas con las viejas, el líder de 4-40 salió airioso de este segundo compromiso en el que se pudo observar al público mucho más animado que la noche anterior.
Solo en los momentos de mucha intimidad como aquellos en los que se sentaba, las luces fijas en su persona y acompañado de su guitarra- la gente bajaba la adrenalina. Pero la algarabía volvía a resurgir cuando el artista interpretaba A pedir su mano, La bilirrubina y Burbujas de amor, entre otras. En definitiva que este fue un concierto sin desperdicios, que sus seguidores nuevamente disfrutaron de principio a fin.