VIÑA DEL MAR, Chile.- Juan Luis Guerra subió la bilirrubina a más de 17 mil personas que acudieron a la primera entrega de la 47 edición del Festival de Viña del Mar.

El líder de 4-40 volvió a hacer historia en la Quinta Vergara al conquistar por primera vez, dos Antorchas, una de oro y otra de plata, galardones reservados para los grandes artistas que dominan al temido público de Viña.

Guerra, que tenía seis años que no pisaba suelo chileno, demostró que su fama se mantiene intacta en este mercado. Sus merengues, bachatas y baladas gustan no sólo a quienes lo conocen desde hace dos décadas, también ha encantado con su creatividad a una nueva generación.

El autor del “Costo de la vida” y otros éxitos, abrió la primera gala del Festival de Viña del Mar y desde el primer tema se produjo una comunicación que duró más de una hora y media.

“Las avispas”, “La cosquillita”, “Visa para un sueño”, “Cuando te beso”, “La gallera”, “Como abeja al panal” y “La bilirrubina”, entre otros, llenaron cada rincón de la Quinta Vergara.

La multitud gozó su intervención, se integró al abandonar sus asientos, se rindieron ante el merengue. La banda se escuchó perfectamente y se convirtió en el cómplice ideal para su éxito.

Juan Luis no le dio tregua al público. Conocedor de su exigencia, dedicó sólo unos minutos para saludarlos. Su responsabilidad al inaugurar la jornada era una clara señal de que la gente esperaba lo mejor del artista. Y así lo hizo, se entregó de lleno y en la mitad de su actuación ya reclamaban que fuera galardonado con una estatuilla, para rendirle tributo a su trabajo en la escena.

“Gracias Chile, gracias Viña del Mar por su apoyo, por el cariño”, proclamó el artista al dirigirse a los asistentes.

Fue una noche cargada de colores. El merengue brilló por todo lo alto de la mano de uno de sus destacados exponentes, lo mismo sucedió con la “Bachata rosa” que catapultó a Juan Luis en playas extranjeras.

Adiós con “La cosquillita”

La noche se calentó y la algarabía del “monstruo” cesaba. Cuando el artista interpretaba su última composición salieron al escenario los conductores del Festival, la cantante Myriam Hernández y el debutante Sergio Lagos. Al agradecer la presencia del dominicano, los aplausos casi ahogaban sus voces, pues pedían la primera Antorcha de plata del Festival de Viña 2006. Juan Luis salió sonriente a procurar la presea y de inmediato interpretó “La bilirrubina”.

Después de ese tema, se rompió la dinámica pues pidieron otra Antorcha, esta vez la de oro. Y así sucedió, los conductores lo llamaron de nuevo y tras unos minutos se presentó. “Gracias, muchas gracias Chile”, fueron algunas de las palabras que la emoción le permitió decir. Se despidió de la escena con “La cosquillita”, entre los aplausos.

En sus dos anteriores actuaciones en el Festival de Viña del Mar, Juan Luis había sido distinguido con sendas Gaviotas, estatuillas que el público también otorga.