Ha sido de todo y sigue siendo el mismo. Sí, hablamos de Juan Luis. El merenguero, el bachatero, el rockero, el cantante cristiano, el folclórico y costumbrista, baladista pop, bolerista, cantante típico y ahora también le canta a la patria.
Esta semana el orgullo de ser dominicano escaló las más altas notas de nuestra música y el más alto orgullo de nuestra nacionalidad con Juan Luis Guerra, uno de los artistas dominicanos más destacados de todos los tiempos, dentro y fuera de nuestras fronteras, le ha compuesto un canto a la patria y lo hace con humildad y amor, considerándose privilegiado de poder hacerlo.
Y, como si fuera poco Juan Luis cuenta que mientras lo grababa le pidió a Dios que derramara un espíritu de patriotismo sobre cada dominicano que lo escuchara.
No en vano el gobierno movilizó todos los medios de radio y televisión en un estreno nacional del disco en radio y del videoclip en televisión para que todos y todas tengan la oportunidad de cantar a la patria con palabras e imágenes de Juan Luis Guerra.
Es mi deseo que esta canción despierte un primer amor por nuestra nación. Que nos dediquemos a exaltar nuestra bandera y nuestro escudo. Que nos esforcemos en honrar cada palabra de nuestro himno y que nunca olvidemos el sacrificio de los hombres y mujeres que pagaron el precio de nuestra libertad.
Nosotros compartimos las letras en la seguridad de que a estas alturas la música de este himno ya empieza a formar parte de nuestra memoria. Cantémoslo todos por el Mes de la Patria y más allá
Himno a la Patria
Autor: Juan Luis Guerra
Se oyen tus pasos que hacen caminos
Se oyen tus trinos de majestad
Y la victoria de aquel febrero
te ha coronado de libertad.
Cantan tus valles, ríos y mares
Mi Patria hermosa siempre será
Tu nada temes, no te detienes
Y haces un pacto con la verdad.
Dominicana, fuerte y valiente
Tus hijos cantan de corazón
Abre tus alas, surca los cielos
Tierra de gloria, paz y honor.
Dominicana es tu destino
Ser la más noble debajo del sol
Alza tus manos de amor eterno
Tierra de paz y gloria
Y por siempre, bendecida de Dios