Juan Marichal da exposición  béisbol

Juan Marichal da exposición  béisbol

RICARDO RODRÍGUEZ ROSA
SANTIAGO.-
  Desde sus primeros años, Juan Marichal mostró su inclinación por ser jugador de béisbol cuando fuera adulto, por lo que constantemente vivía corriendo en su humilde casa de Laguna Verde, Montecristi, como si lo hiciera dentro de un campo de juego, sueños que definitivamente vio cristalizado cuando en 1959 los Gigantes de San Francisco lo subieron a las Grandes Ligas.

Esa y otras narraciones hizo el único jugador dominicano instalado en el Salón de la Fama del Béisbol de Estados Unidos, al relatar ante decenas de personas cómo llegó a él la pasión por la pelota, en la actividad “encuentro con la memoria”, realizada en el Centro León y que fue moderada por Rafael Emilio Yunén, director de dicho lugar.

Marichal recordó que la llamada para que se integrara al equipo representativo de la ciudad de San Francisco, California, la recibió dos días antes de celebrarse el Juego de Estrellas de la clasificación “AAA”, para el que había sido seleccionado.

Dijo que al ser llevado al equipo grande de esa franquicia, perdió la oportunidad de recibir un reloj, que le regalaban a todos los que participaban en ese juego especial y, de manera jocosa, expresó que “no me gané el reloj, pero sí el respeto de todos los jugadores en los años que milité en las Grandes Ligas”.

El portentoso serpentinero dominicano, quien se convirtió en uno de los mejores del béisbol en los decenios del 60 y 70, no pudo conocer a su padre, porque murió cuando tenía tres años de edad y se explayó en alabanzas hacia su madre, Natividad Sánchez, “porque con dignidad pudo mantener la familia, dándonos los mejores ejemplos e inculcándonos el interés por la superación”. 

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