Juan Marichal y el senador Santorum

Juan Marichal y el senador Santorum

ROBERTO B. SALADÍN SELIN
Los lectores del presente artículo se estarían preguntando, que tienen en común, el inmortal del baseball de Grande Ligas, en los Estados Unidos de América, orgullo de la República Dominicana Juan Marichal y el Senador republicano por Pennsylvania, honorable Rick Santorum, reconocido legislador norteamericano  de cuarenta y seis años de edad, con un gran futuro político.  El vínculo entre ambos es su inmensa pasión y amor por la pelota.

Es que Juan Marichal, es un ídolo reverenciado en los Estados Unidos de América por todos los sectores de esa nación, donde la pasión por el baseball es el cemento aglutinante de la sociedad norteamericana a un punto tal, que para los hijos en esa nación, el recuerdo de haber ido a un estadio de pelota con sus padres, pertenece a los recuerdos memorables para la infancia de ese país.  Padres e hijos van con su guante al play para atrapar los home rum y fouls.

Nunca podré olvidar, cuando desempeñaba las funciones de Embajador de la República Dominicana en Washington y me tocó acompañar al inmortal miembro del Salón de Copperstown, Don Juan Marichal a visitar al Senador Rick Santorum, en el Capitolio y poder observar la alegría y orgullo de un Senador norteamericano al saludar a un pelotero dominicano que alcanzó las más altas cumbres de las Grandes Ligas y un hombre respetado por todos los fanáticos de la pelota y sobre todo, cuando recibió una pelota autografiada por un lanzador que sentó cátedra en el baseball del norte como Marichal.

Juan Marichal y el Senador Rick Santorum, sostuvieron una larga conversación, rememorando episodios imborrables de los juegos de pelota de las grandes ligas; comentarios sobre amistad con peloteros que los conocían a los dos y ahí, en el despacho del Senador Santorum, este abrió una vitrina de varios tramos, llena de guantes, bates, pelotas de los jugadores más famosos de las Grandes Ligas para mostrárselos a  Don Juan Marichal, apreciándose el orgullo de dicho Senador por toda su memorabilia y   recuerdos del baseball.

A donde quiera que Juan Marichal llega en los Estados Unidos, abre puertas.  A raíz de la visita aquí comentada, escribí en este periódico un artículo titulado, «Diplomacia Beisbolera», porque la puerta que abrió Juan Marichal con su ingreso al Salón de la Fama de Copperstown, le dió a la  República Dominicana un activo intangible inapreciable en valor, más la presencia de la pléyade de peloteros que hoy tenemos en las grandes ligas.

Siempre recordaré también, una reunión de los Embajadores de América Latina en el Departamento de Estado en Washington, en la que el Embajador de Chile, un gran amigo, me preguntó «como es que un país tan pequeño como la República Dominicana, tiene tantos amigos en los Estados Unidos».  Mi respuesta como Embajador fue rápida y concisa: «porque ustedes en Chile juegan fútbol y nosotros jugamos pelota en la República Dominicana»!

Juan Marichal y su consagración en el  Salón de  la Fama de Copperstown, es la base fundamental de toda la proyección que éste le ha dado a la República Dominicana para todos los fanáticos de la pelota a nivel mundial.

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