Juan Mayí, pintor y escultor sobresaliente

Juan Mayí, pintor y escultor sobresaliente

El Museo de Arte Moderno está dando una prioridad al arte nacional, presentando exposiciones antológicas y/o retrospectivas, de artistas consagrados, por cierto muy diferentes, pero enseña así la diversidad y la riqueza de la plástica dominicana, en su vertiente auténtica e histórica.

El espectador sale del museo orgulloso y a la espera de lo que vendrá después. Ojalá esta política culmine en una abundancia permanente de público.

Ahora Juan Mayí

Juan Mayí se ha hecho (re)conocer, desde sus inicios y antes de descollar en Francia, por una obra fuerte, primero pictórica y dibujística, luego le ha sumado una producción tridimensional entre escultura, objetos y muebles. Él expone ahora en la segunda planta del Museo.

El título sibilino de esta muestra, antológica y retrospectiva, “Causas”, agudiza la curiosidad y nos permite descubrir … lo que estábamos esperando de Mayí, atrevido y seguro.

Más allá de “Causas”, son “cosas” fascinantes, a la vez previsibles e imprevisibles. Nos proponen un enfoque de la abstracción, muy propia de su autor y, sin quererlo, nos estremecemos.

Una reacción física y psicológica que se renueva al compás del circuito y de cada pieza… O sea que un encantamiento perturbador surge desde esta provocación, en el sentido etimológico de un llamado dirigido e irresistible. Acompañamos a Mayí, eufóricos, de asombro en asombro.

De pintura y escultura

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Juan Mayí, quien se distinguió muy joven por su excelente dibujo –no tradicional- es igualmente un pintor muy especial, que transforma la abstracción en un mundo de colores, de espacio, de texturas, encolando y perforando aun el soporte… Hay una extensa y elocuente representación de la sobresaliente Serie Memoria Sígnica

Recordamos que a los 29 años él ganó la Paleta de Oro en el Festival Internacional de Pintura de Cagnes-sur-mer. ¡Entre paréntesis, apena mencionar que, en los 90, la proyección internacional de la pintura dominicana era mucho mayor que ahora: sufrimos una triste involución al respecto!

Lamentablemente, el espacio muy limitado, sesga nuestro comentario del virtuosismo pictórico de Juan Mayí y su introspección lanzada impulsivamente por borbollones de óleo en el lienzo… Queremos priorizar la contundencia de una escultura, orgánica y constructiva simultáneamente, que cuestiona la habitual concepción cerrada y se intercala activamente en el espacio.

Parece que Juan Mayí va a prender un fogón con sus maderitas “agrupadas y cruzadas” –de color natural o teñidas-, y las tablas rústicas, esmeradamente maltratadas, a veces ligadas con un revoltijo de alambres, cuelgan o se enraízan.

Una especie de realismo fantástico de los elementos escultóricos, muy variados en dimensión y colocación, domina.

Estos hasta salen e invaden incontenibles: nos referimos a la obra titulada “La Raíz”, una primicia… Por cierto, la madera, el metal, los materiales naturales e industriales se alían.

Esta exposición es Juan Mayí, lúdico, caótico, rabioso, apasionado, incontrolable, pero finalmente con su equilibrio propio. Como bien lo dice Luis Graham, “En Mayí, hacer arte es una cuestión vital, no hay otro modo, no hay otra posibilidad”.

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