Juan Oviedo, una vida al servicio de los demás

Juan  Oviedo, una vida al servicio de los demás

Cada persona que se traza metas bien definidas y logra concretarlas crea una historia de vida digna de compartir con los demás. Sobre todo, cuando estas experiencias han sido cultivadas con buenas acciones, esas que con el paso del tiempo se convierten en huellas indelebles, tanto como las buenas imágenes que captan los ojos a lo largo de nuestra existencia.

Sin duda, son el legado que dejan a sus seres queridos y a la comunidad en la que se desarrollan. Así se puede definir la trayectoria de Juan Oviedo, presidente de Óptica Oviedo, puesto que en las dos décadas que tiene al frente de su empresa lo ha hecho con el firme propósito de ayudar a ver mejor, a quienes por una u otras razones no pueden.

Con mirada de ser humano trabajador, que lucha de principio a fin por conseguir lo que se propone, y que demuestra con su amable personalidad, compartió con los lectores de este matutino su historia que es poco conocida, pero muy interesante.

Sentado cómodamente en el sillón negro de su oficina del Plan de Ayuda Visual inició el diálogo diciendo que un día, hace ya varios años, llegó a Santo Domingo procedente de San Juan de la Maguana, y tuvo como primer negocio una paletera que surtió con RD$50, pero por inexperiencia le fió a algunos amigos. “Una vez fui a comprar mercancía, y al pasar por una esquina frente a un salón de belleza un señor me llamó y me pidió que fuera donde su esposa para que le trajera la llave y el dinero que estaba debajo de la almohada”. Continúa diciendo que el señor le comentó que no podía dejar el negocio solo, pero que confiaba en él porque tenía cara de buen muchacho. Al llegar al lugar que le indicaron preguntó por la señora que no vivía ahí, entonces un señor le dijo: ¿Ya te dejaste engañar? De inmediato corrió hacia el salón de belleza y cuando llegó se convenció de que había sido engañado.

Con el ingenio y la creatividad que prima en los infantes, inventó un cuento para salir del paso. Le dijo a su tío que en una mano tenía un yaniqueque y en la otra un frío frío; se puso “la funda con la mercancía” entre las piernas, se descuidó y se la llevaron. Por suerte le creyó, pero indicó que ese robo fue muy grande e hizo que el negocio quebrara.

Dada esta circunstancia, regresó a San Juan donde su padre, quien nuevamente le regaló RD$50. Esta vez su tío le ordenó que no pusiera otra paletera, entonces decidió vender accesorios de fantasía que compraba en Villa Consuelo. “Recuerdo que lo primero que vendí fueron unas mariposas que compré a 50 centavos”.

Ese negocio, que fue creciendo poco a poco, lo instaló en la parada de su pueblo, ubicado en la avenida Duarte con 27 de Febrero. Para ofertar nuevas cosas a sus clientes, incorporó los

lentes de sol que los compraba a RD$1.00 y RD$ 1.25 y los vendía a RD$ 2.00 y RD$2.50.

A partir de ahí empezó a relacionarse con el mundo de los lentes, sobre todo porque después de venderlos, a algunas personas se les perdían los tornillitos e iban donde él para que se los reparara. “El negocio tomó otro giro, fui aprendiendo las tácticas de los lentes e instalé una mesa de buhoneros, surgiendo así la reparadora de lentes Juan Oviedo.

Conseguí una casa donde vendí lentes recetados, y me encontré otro amigo que me dijo que tenía un taller de lentes en Villa Consuelo: “Como tu tienes monturas, y yo le trabajo a algunas ópticas, sigue vendiendo tus monturas y si alguien viene con su receta, también le podemos hacer los lentes”. La gente confió en mí e iban con sus recetas, yo les vendía la montura y los lentes. De ahí me fui relacionando con la montura y los lentes recetados”.

Siguiendo con la meta de ampliar su negocio buscó un local pensado en reparadora de lentes, no en óptica, pero al tener el local contrató un optómetra para que examinara a las personas que iban buscando sus servicios. Pero, no se quedó ahí, sino que como su deseo era seguir progresando estudió Optometría en la UASD, y tan pronto se graduó inició los operativos en Luperón, Puerto Plata, una semana él y la otra su amigo José Antonio Holguín.

Juan Oviedo expresó que por los buenos resultados de los operativos fue necesario contratar a un optómetra que les ayudó a examinar las poblaciones que lo demandaban. De estas acciones surgieron las sucursales que dejaron instaladas en Puerto Plata, San Francisco de Macorís, Bonao, Santiago, La Romana. “Así nació Óptica Oviedo. Hoy la compañía tiene 15 tiendas, siete en Santo Domingo, y tenemos en proyección abrir una en La Vega”.

Dijo que San Juan es uno de los pueblos donde no tienen sucursal, y a pesar de que hicieron operativos, fue donde menor acogida tuvieron. A modo de broma afirmó que en él se aplica el refrán “nadie es profeta en su tierra”. No obstante, en el sur siguen trabajando con las iglesias, clubes, hospitales que les dan facilidades para montar los operativos, siempre con la esperanza de que en un tiempo no muy lejano pueda tener una sucursal en su provincia natal.

El factor humano ante todo

Juan Oviedo destacó que su filosofía de trabajo está basada en que las ópticas se rijan por el concepto de la calidad. Por eso todas han sido remodeladas y han integrado al oftalmólogo, que es el médico que maneja los problemas oculares, porque según explicó, en la mayoría de los casos el paciente visita las ópticas sin saber lo que tiene. “El 80% necesita lentes, y el 20% restante está ligado entre lentes y problemas serios”.

Con la inquietud de que los pacientes tengan una consulta más profunda que la simple compra de sus lentes, les motivó a contratar un especialista en todas las sucursales, y aunque las personas vayan en busca de lentes, en la consulta se le puede detectar su problema a tiempo.

En ese sentido, manifestó que el crecimiento de la empresa se debe al factor social que siempre ha estado presente, porque su procedencia humilde le hace pensar en los demás, por eso constantemente hace actividades relacionadas con la vista y la adquisición de lentes. “También ayudamos a arreglar una casita, a comprarle la receta a un paciente. Eso ha hecho que no nos limitemos a la vista, siempre que podemos hacemos nuestros aportes sin aún haber creado una fundación, porque la empresa entiende que es importante y destinamos un presupuesto para esos fines, además de que es la parte que más nos satisface, porque cuando viene un paciente y demuestra que no puede pagar la consulta ni comprar sus lentes, cuando se lo regalamos es la mejor venta que hacemos ese día”.

Significó que por esas razones, en el Plan de Ayuda Visual hay un departamento donde la gente de pocos recursos económicos es evaluada para que pague en función de lo que pueda. También les hacen estudios de cantimetría, tonometría, lentes de contacto y algunos estudios que hacen los oftalmólogos y que cubre la empresa.

Precisó que cada martes en Óptica Oviedo, glas personas sólo pagan la montura y el cristal es gratis, pero de manera periódica hacen rifa, en la última una persona de Santiago se ganó RD$50.000.

El nuevo proyecto es “El jueves familiar”. Consiste en que al comprar un cliente sus lentes en la Óptica, su familiar que no gastará nada, ni el examen ni los lentes. “Con esto buscamos un poco paliar la situación del país, porque a veces yo me pregunto como las personas pueden subsistir con el alto costo de la vida”. “Cuando usted ayuda a las personas siente una gran satisfacción espiritual. Mi deseo es aumentar las manutenciones para contribuir más con la gente, no sólo en la óptica, sino en cualquier renglón”.

“Mi meta es crear un centro de diagnóstico primario”

La amena conversación continúa, y Juan Oviedo destaca que su esposa Élida Canela de Oviedo siempre ha estado muy activa en todo lo relacionado a la Óptica. Ella es optometrista y hace consulta de manera periódica, se encarga de decorar la tienda y de cuidar a la reina de la casa, su pequeña Kiara, quien desde su nacimiento hace dos años le ha cambiado la vida, y cada día le regala momentos únicos en los que sólo tiene cabida la alegría. Actualmente está por culminar la carrera de psicología clínica en la Universidad del Caribe.

Julio César, su hijo mayor, es optometrista, y afirmó que se ha mostrado muy interesado en el funcionamiento de las empresas, mientras que Juan Carlos está terminando la carrera de ingeniería en cómputo. “Me hubiera gustado que todos se integraran al negocio porque le darían continuidad, pero debo entender que cada quien debe estudiar lo que le gusta”.

También mencionó a Joseph Raymond, gerente general, quien empezó en esa institución como empleado “y me motiva a hacer cosas, porque siempre le surgen buenas ideas para ayudar a los demás”.

Indicó que su proyección es colocar la empresa en algunos puntos donde no está, y ampliar los servicios con un área de medicina general, con un gran centro de diagnóstico. “En Herrera pensamos hacer un centro de diagnóstico primario con ginecólogos, médicos internistas, cardiólogos, odontólogos, estudios de sonografía, análisis en general. “Creemos que con ese proyecto vamos a beneficiar a muchas personas, por eso nuestro lema es ¢Óptica Oviedo, no sólo ópticas¢, y después de esto el segundo renglón está dirigido a culminar mis estudios de Derecho que curso en la Universidad del Caribe”.

“Lo que he aprendido en esta carrera me hace tener una conciencia más abierta de lo que pertenece a uno y a los demás. Aún no sé si la ejerceré, pero de inicio me gustaría ayudar a muchas personas que por causa de recursos humanos no puedan darle seguimiento a sus casos, es la parte por la que me inclino en todo lo que tiene que ver con el factor humano y si son niños mejor y si son ancianos aprendo escuchando sus historias”, aseguró.

Manos amigas, ayudas comunes

Juan Oviedo y el doctor Antonio Cruz Jiminián se han unido para ayudar a su comunidad.

El encuentro entre ambos fue en una labor social, cuando Juan Oviedo le pidió que le consiguiera dos pacientes para operarlos de cataratas. “Cuando el doctor Cruz Jiminián escuchó estas palabras me dijo. A usted yo lo quiero aquí, desde ese momentog hemos realizado un gran trabajo con su colaboración, dentro de la misma clínica, que está ubicada en Cristo Rey, donde hay una sucursal que ayuda a las personas pobres”. También a estas actividades se sumó el sacerdote Rogelio Cruz, formando un trío que se fortaleció por la amistad y la relación de aporte a los demás. Junto a la Fundación del doctor Cruz Jiminián hemos hecho operaciones de estrabismo, catarata y contaba con el apoyo de los especialistas de esos casos”.

Su ayuda no se ha quedado en Santo Domingo, sino que sigue llegando a diferentes lugares del país, porque tan pronto ocurrió el desastre de Jimaní, llamaron a la población a llevar sus donativos a las ópticas. “Acá recibimos cajas de ropa, alimentos, medicamentos, adicional a lo que la empresa presupuestó para llevarlo allá. Fuimos a Jimaní y entregamos los donativos a los afectados en sus manos; también llevaron médicos general: cardiólogos, dermatólogos, pediatras. Tenemos pensado volver porque hemos recibido más donaciones”.

Perfil

– Familia: Juan Oviedo nació el 7 de enero de 1966 en San Juan de la Maguana.

– Sus padres son: Juana Beltré y Marciano Oviedo (fallecido).

– Sus hijos son: Julio César, Miguel Ángel, Orlando, Juan Carlos y Kiara Oviedo Canela. Su esposa es Elida Canela de Oviedo.

A corazón abierto

– Un libro: Cómo ganar amigos de Dale Carnegie

– Un objeto: la televisión

– Un pintor: Ramón Oviedo

– Un aroma: los suaves

– Un mal hábito: comer carne

– Un sabor: dulce

– Una comida: la ensalada verde y las pastas

– Detesta: la arrogancia de las personas

– Un color: rojo vino

– Una canción: “Te quise, te quiero y te querré”, de Manolo Galván

– Una hora: Después de almuerzo, de 1:30 a 2:30 p. m, porque toma esa hora para descansar.

– Un consejo: “No hables mal de nadie y si algo vas a decir que sea a favor de ella”, “Sin importar a lo que se dedique hágalo siempre bien”.

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