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CIUDAD DEL VATICANO (AFP).- El Papa Juan Pablo II, de 84 años, abandonó este domingo el hospital Gemelli de Roma, donde hace 18 días fue sometido a una traqueotomía, y regresó al Vaticano saludado por la multitud, aunque sigue convaleciente.
El Papa salió del hospital poco después de la seis de la tarde, hora local, a bordo de un automóvil con los vidrios polarizados y escoltado por varias motocicletas de la policía y una docena de automóviles privados, y llegó unos diez minutos más tarde al Vaticano.
El Papa, con el rostro cansado y tenso, saludó en varias ocasiones con la mano a la muchedumbre congregada a la salida del hospital y a lo largo del recorrido que conduce al Vaticano.
Una cámara de televisión instalada en el vehículo papal transmitía las imágenes de los fieles que lo saludaban e izaban banderolas blancas así como las del pontífice mientras bendecía, con la ventanilla lateral medio abierta.
«Estoy de vacaciones pero en vez de pasear como turista preferí venir hasta aquí para saludar aún por un segundo a este Papa, que me ha dado tanto», comentó una señora mexicana, quien esperó toda la tarde el paso del cortejo papal.
Cientos de fieles asistieron y aplaudieron la llegada del Papa al Vaticano, quien en su automóvil atravesó la Plaza de San Pedro y entró al palacio apostólico por la Puerta de las Campanas, custodiada por dos guardias suizos vestidos con sus uniformes de gala.
Juan Pablo II estaba sentado en la parte delantera de la camioneta, la cual fue iluminada desde el interior para que se le pudiera admirar mientras saludaba a la gente que se congregó en las calles para verlo pasar.
El Papa, de 84 años y que sufre la enfermedad de Parkinson fue hospitalizado el pasado 24 de febrero para ser sometido a una traqueotomía debido a sus problemas respiratorios.
El pontífice no se trasladó en el papamóvil como lo hizo el pasado 10 de febrero después de la primera hospitalización de diez días por una crisis respiratoria.
En el Vaticano, el pontífice deberá pasar su convalecencia, por lo que se alojará en un apartamento bajo vigilancia médica permanente para impedirle nuevas crisis respiratorias o que contraiga infecciones.
El Papa «proseguirá su convalecencia en el Vaticano de acuerdo con los médicos que lo atienden», afirmó este domingo el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls.
Las autoridades de la Santa Sede habían anunciado que el Papa regresaría al Vaticano para la Semana Santa, que se inicia el domingo 20 de marzo con la misa de Ramos y el hecho de que salga con anterioridad confirma que la salud del Papa está mejorando.
El Papa deberá mantener la cánula que le fue colocada en la tráquea y según fuentes no oficiales es posible que los médicos decidan que la emplee en forma permanente.
En la mañana, el Papa había pronunciado a la hora del Angelus por primera vez unas palabras en público desde que fue operado.
«Queridos hermanos y hermanas, gracias por su visita», dijo con voz ronca pero clara el pontífice ante el millar de fieles que se congregaron frente al hospital Gemelli.
«A todos buen domingo y buena semana», agregó Juan Pablo II, lo que suscitó llanto y aplausos entre la muchedumbre, que no esperaba que el pontífice lograra hablar.
Se trataba de las primeras palabras que pronunciaba en público desde que había sido sometido a la traqueotomía.
«Increíble como supera los momentos más difíciles de su vida», comentó Carmela Crisanti, una católica italiana de 50 años.
Antes de salir del hospital, en el mensaje leído en su nombre en San Pedro por el prelado argentino Loenardo Sandri, el Papa reconoció la labor de la prensa que le ha permitido comunicarse desde el hospital romano con el mundo entero y le pidió que luchen por una información «responsable», «precisa» y «respetuosa con el ser humano».
